miércoles, 28 de septiembre de 2011

Nace una agencia provincial para todos y todas

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Por Florencia Saintout*

AgePeBa es una agencia de noticias de una Universidad Pública y un Estado Provincial que se desafía a estar a la altura de un momento histórico donde calidad, profesionalismo y compromiso político no admiten ser separados bajo la careta de la imposible “independencia”.
“No se hace lo que se quiere, pero se es responsable de lo que se es…” (de lo que se dice, de lo que se silencia…). De más está la cita: luego de Sartre los intelectuales no podrán nunca más  eludir la responsabilidad pública de sus palabras, aún a pesar de ellos.
La Universidad no tiene el patrimonio del pensamiento, de las ideas, de la crítica, pero sí tiene la responsabilidad de que ellas se reinventen y enriquezcan. Que circulen democráticamente. Que estén a disposición de toda una sociedad que sigue esperando y apostando a ver los frutos de lo que sostiene.
La Universidad tiene un papel histórico que cumplir. La Facultad de Periodismo, en particular, tiene en esta nueva hora de los pueblos latinoamericanos una tarea: la de aportar a la recuperación de la voz y las imágenes, de las verdades que han sido ocultadas durante décadas neoliberales. Recuperar la densidad de la palabra que va a contrapelo de la historia para rehacer la historia, esta vez, desde un lugar más justo.
Frente a las maquinarias de producción en serie de un tipo de información que de manera descontextualizada, deshistorizada, estigmatizante de la otredad y el conflicto, dice que la verdad es tan relativa que ni siquiera vale la pena ponerla en cuestión (que hay que aceptarla “en la evidencia de lo que es”, o de lo contrario “deconstruirla”), la Facultad opone una vocación por la búsqueda de la verdad, que por supuesto será siempre histórica y no teleológica, pero que siempre será pública.
Pensar la verdad desde una perspectiva de Derecho (desde el Derecho a la Comunicación como un derecho inalienable de los pueblos) implica conocer su pluralidad y la complejidad/conflictividad de esa pluralidad, para ir contra de la lógica de que lo único posible es aceptar la política del más fuerte, que además durante décadas, ha sido el capital.
La única verdad no es la del capital (esta tal vez sea la más travestida en banalidad, y sin embargo, la más siniestra de todas). Existen las verdades de los que luchan, de los que creen que es posible un mundo con muchas voces pero que además, y como condición insoslayable, un mundo donde entren todos y todas.
De la mano de este compromiso con la palabra pública es que se gesta AgePeBa, una agencia de noticias que se ubica en la Provincia de Buenos Aires, y que con un enfoque geopolítico concreto que mira desde el Sur, tiene como objetivo la construcción de información veraz, que permita a sus usuarios una lectura compleja y creativa de los acontecimientos de nuestro tiempo.
Esta agencia de noticias de una Universidad Pública y un Estado Provincial, que se sostiene en la convicción de la necesidad de hacer circular otra información distinta a aquellas que priorizan interesadamente los capitales privados concentrados, es una agencia que se desafía a estar a la altura de un momento histórico donde calidad, profesionalismo y compromiso político no admiten ser separados bajo la careta de la imposible “independencia”.
Hace ya varios años, el aviso de un nuevo diario que concentraba lo mejor del periodismo argentino (un periodismo que con la dictadura sería perseguido, censurado , incluso desaparecido) anunciaba: “…el primer diario que brindará toda la información y no solo la que le conviene a los editores… con los materiales que la madurez del pueblo se merece”.
Luego del debate de la “Ley de Medios”, y a partir entonces de ese debate de la ley, esta agencia se involucra con la responsabilidad de reponer la información que la madurez ganada de los argentinos nos merecemos.
* Decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.
Fuente: Red de Observatorios Universitarios de Medios

lunes, 26 de septiembre de 2011

“Hay que profundizar la inclusión”

Gabriel Mariotto
Publicado el 26 de Septiembre de 2011

El titular de la AFSCA y candidato a vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, afirmó que “los mejores cuatro años del proyecto nacional son los que vienen”. También criticó al empresario Francisco de Narváez y su nueva estrategia electoral. “Tener mucho dinero no te hace merecedor de usufructuar un partido centenario como la UCR. No podés comprarlo, ni alquilarlo”, subrayó.
  Gabriel Mariotto todavía es el presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), pero si todo sale como indican las encuestas o como lo proyectó el debut de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), a partir del 23 de octubre será el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires. En diálogo con Tiempo Argentino sostuvo que “la gestión de Daniel Scioli ha sido validada en las elecciones porque está enmarcada en el proyecto nacional”, y criticó la nueva estrategia electoral de Francisco de Narváez de no confrontación con la presidenta Cristina Fernández. “Tener mucho dinero no te hace merecedor de usufructuar a un partido centenario como es la UCR. No podés alquilarlo o comprarlo y mucho menos, después del resultado electoral, tener posiciones contradictorias y de coyuntura. Esa estrategia se hace desde una perspectiva publicitaria de mercado y no desde una lógica de convicción política profunda”, advirtió. Y subrayó: “La sociedad lo advierte, porque reflexiona, resignifica y contrasta un posicionamiento tan liviano con la profundidad de un cambio.”

–¿Lo sorprendió el resultado de las primarias?
–Había una sensación en los medios de comunicación y por otro lado una expresión de gran adhesión y amor a la presidenta en la sociedad. La agenda televisiva mediática contrastaba con lo que ocurría en la sociedad. La expresión genuina de ese amor se pudo ver en el resultado de la elección. 
–Después de cuatro años de gestión de Daniel Scioli, si ganan en octubre, ¿cuál sería la primera medida de gobierno?
–La gestión de Daniel Scioli ha sido validada en las elecciones porque está enmarcada en el proyecto nacional, y las políticas del proyecto nacional están claramente advertidas en la provincia de Buenos Aires. Esta adhesión nos orienta a profundizar las políticas que se están llevando adelante. La sensibilidad que ha mostrado el gobierno nacional generando la condiciones objetivas con la Asignación Universal, las nuevas jubilaciones, las netbooks para los chicos, la baja de la desocupación, el 6% de inversión en la educación, nos muestra que las políticas de inclusión hay que seguir profundizándolas para cumplir con el objetivo primordial de que no haya ni un pobre más en la Argentina.
–Buenos Aires es una de las provincias más ricas pero a la vez más desigual. Cuando se habla de profundizar el proyecto, ¿en qué políticas piensan hacer eje? ¿Qué falta?
–Es necesario seguir trabajando en políticas de inclusión con la presencia del Estado en todos los aspectos. Las políticas de seguridad empiezan con las políticas de inclusión. El 70% de los delitos en nuestra provincia es producto de la exclusión, la droga y la marginalidad. Entonces también hay que trabajar generando las condiciones objetivas para que el Estado tenga presencia en los colegios, los clubes, las instituciones intermedias, para que haya vínculo con la comunidad, donde brinde contención pero también capacitación. A su vez, hay que soñar la provincia del futuro interpretando una instrucción de la presidenta que es ponerle valor agregado a la producción primaria. Esta es una provincia que genera muchísima riqueza y que en sus granos y en sus carnes tiene que estar la matriz de una Argentina con trabajo y con perspectiva industrialista para sumar a esa producción agropecuaria. Dejó de haber una Argentina agroexportadora contra una Argentina industrial. Ahora agro e industria van de la mano. Para lograr el valor agregado a la producción primaria en los 135 distritos de la provincia hay que poner el gran acento en la capacitación. Hay que trabajar por la recuperación de escuelas técnicas y las carreras universitarias para vincular esa producción primaria a la industrialización de cada región y así ponerle valor a lo que antes era exportación de granos o carnes sin ningún trabajo agregado. Esto es reconstruir el aparato productivo de la provincia industrializando, y para eso se necesita una primera impronta que es la educación para que, con la comunidad de cada distrito, con el intendente a la cabeza, trabajemos conjuntamente. Los mejores cuatro años del proyecto nacional y popular son los que vienen.
–El candidato a gobernador bonaerense Francisco de Narváez instaló carteles en los que asegura que “a ella le conviene un cambio”, también con esta estrategia de no enfrentamiento. ¿Qué le pareció la publicidad?
–La madurez que nos dan los 28 años de democracia ininterrumpida nos hace reflexivos como sociedad. Se advierten aquellos posicionamientos que tienen más que ver con la conveniencia, según la coyuntura que con las convicciones. La llegada de Néstor Kirchner, después de la crisis terrible de 2001 generó la condición para que la coherencia y la convicción sean la matriz para una recuperación política de una sociedad que había caído en una gran apatía en los ’80, una gran traición en los ’90 y la nada que fue el año 2000. Entonces, se advierten claramente aquellas posiciones guiadas por la conveniencia, y la sociedad las condena con su voto. Tener mucho dinero no te hace merecedor de usufructuar a un partido centenario como es la UCR. No podés alquilarlo o comprarlo, y mucho menos después del resultado electoral, tener posiciones contradictorias y de coyuntura. Esa estrategia se hace desde una perspectiva publicitaria de mercado y no desde una lógica de convicción política profunda. Y la sociedad lo advierte, porque reflexiona, resignifica y contrasta un posicionamiento tan liviano con la profundidad de un cambio que sostuvo sus principios en momentos duros en los que la crítica del sistema mediático de poder de la Argentina intentó incluso un desgaste institucional para limar la solidez del gobierno.
Fuente: Tiempo Argentino

viernes, 23 de septiembre de 2011

--- JOHN WILLIAM COOKE, PERONISMO Y REVOLUCIÓN

 Por Germán Ibáñez
Electo diputado en 1946, con sólo 26 años, "El Bebe" John William Cooke integrará el peronismo proviniendo de las filas anti yrigoyenistas del radicalismo. Sin embargo, muy pronto se destacará como uno de los más sólidos cuadros del nacionalismo democrático popular.

En sus intervenciones parlamentarias propugnará un nacionalismo económico en perspectiva antiimperialista, la democracia como soberanía popular, el revisionismo histórico y su relación con la política del presente, la crítica al colonialismo cultural.

También será director de la publicación De Frente, desde cuyas páginas defenderá las políticas del gobierno nacional en su faz más progresiva, como la importancia de la economía social y la participación de los trabajadores en la escena nacional.

Además, será intransigente con los errores burocráticos, estableciendo una voz de alerta crítica que lo ubicó en aquellos años como expresión de los sectores de avanzada del movimiento nacional.

Esa tenacidad consecuente de Cooke con los ideales del movimiento nacional y popular llevará a que Perón lo convoque en los momentos previos al golpe de estado de 1955. El Bebe se hará cargo de la intervención del Partido Peronista de la capital, con el propósito de dinamizarlo en plena ofensiva "destituyente", pero ya será tarde.

Con el golpe militar que da inicio a la "Revolución Libertadora", Cooke engrosará la lista de los detenidos, sometido a un simulacro de fusilamiento, será confinado en el sur y, junto a otros dirigentes justicialistas, protagonizará una legendaria fuga hacia Chile Pero sin duda, lo más saliente de esa etapa en la trayectoria de John William Cooke es su rol como primer delegado de un Perón exiliado y proscrito. El formidable intercambio epistolar que establecieron se convertirá en uno de los documentos políticos más ricos del peronismo.

Por un lado, un líder exiliado que desarrolla hasta el extremo su capacidad de articular a los heterogéneos sectores de un movimiento político que ha sido desplazado del poder pero conserva su predicamento en los sectores populares; por el otro, un interlocutor que expresa al peronismo de la "Resistencia", que se radicaliza propugnando una política insurreccional, y que, a fines de la década del 60 adhiere a los nuevos vientos de la Revolución Cubana.

Cooke visitará la Cuba revolucionaria, experiencia que lo marcará profundamente. Allí establece relación con el Che Guevara y su pensamiento se radicaliza, lo que lo convertirá en uno de los más importantes exponentes intelectuales de la izquierda peronista.

En trabajos como "Apuntes para la militancia" y "Peronismo y revolución", Cooke establecerá su diagnóstico sobre la crisis de la dependencia argentina y la necesidad de que el peronismo profundice su transformación revolucionaria.

Como nadie, comprenderá que la coyuntura que se inicia con la dictadura de Juan Carlos Onganía habrá de incrementar la persecución contra el movimiento nacional y contra todos aquellos que impulsen una lucha por la democracia y la emancipación.

También se preocupará por las contradicciones internas del propio movimiento, polemizando con sus fracciones conservadoras e impulsando una propuesta de socialismo nacional y la necesidad de integrar la liberación nacional en el marco de una Latinoamérica unida.

Cooke fue siempre leal a la figura del viejo líder, primero como delegado y luego en las alternativas de esa correspondencia que establecieron. Pero será también quien interpele a Perón como nadie, en pos de más ajustadas definiciones ideológicas.

Fue esa su manera de manifestar su lealtad al movimiento nacional, sin concesiones a lo que consideraba lastres burocráticos y, aunque sin la relevancia de su etapa de delegado de Perón, desempeñará un importante papel como referente del peronismo de izquierda en ascenso en los años 1960.

Minado por la enfermedad, fallecerá el 19 de septiembre de 1968, el mismo día en que es desarticulado un destacamento guerrillero en Taco Ralo.

Su testamento manifestará, una vez más, sus firmes convicciones: "Viviré, como recuerdo, durante el tiempo que me tengan en su memoria las personas que de veras me han querido; y en la medida en que he dedicado mi vida a los ideales revolucionarios de la libertad humana, me perpetuaré en la obra de los que continúen esa militancia".
Publicado por Telam (19 de septiembre de 2011)

http://www.telam.com.ar/suplemento/6/nota/251/

Mariotto y Sileoni lanzaron el Programa “Radios Escolares-CAJ”

mariotto_sileoni_namuncura_Persyck_pizurnova El titular del AFSCA y el ministro de Educación de la Nación anunciaron el Programa de Extensión Educativa que funcionará en colegios de todo el país . 
El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, y el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Gabriel Mariotto, lanzaron hoy el Programa de Extensión Educativa “Radios Escolares-CAJ”, que funcionará en colegios de todo el país.
“Con el compromiso de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC), de los compañeros del ministerio de Educación, con el aporte del AFSCA se recuperaron las frecuencias para poder plasmar lo que en el texto de la Ley de Medios estaba establecido: autorización directa a cada colegio con el sólo objetivo de que los pibes crezcan con una radio puesta en su establecimiento, para dar rienda suelta a ese concepto vital que es que el hombre está hecho para el conocimiento y la expresión”, destacó Mariotto.
Y agregó: “El fin es conocernos a partir de nuestro compromiso en las aulas y ese conocimiento hay que volcarlo en la expresión. No hay cosa más participativa que tener una radio en el colegio. No hay nada más lindo que la posibilidad de dar cuenta en el formato y en la estética de aquello que aprendemos en las distintas materias”.
Por su parte, Sileoni destacó la importancia de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, a través de la cual se implementa el programa de radios escolares. “Es increíble pensar que esta ley, emblema de la democracia, sea llamada por algunos como ‘ley mordaza’”, enfatizó.
El acto realizado en el Salón Leopoldo Marechal del Palacio Pizzurno contó con la participación del interventor de la CNC, Ceferino Namuncurá, el director de Políticas Socioeducativas del Ministerio, Pablo Urquiza el jefe de gabinete del Ministerio de Educación de la ciudad de Buenos Aires, Jaime Perscyk y el reconocido periodista Eduardo Aliberti.
Además, formaron parte del encuentro alumnos y docentes de escuelas del interior del país que al formar parte del proyecto recibieron los equipos para que puedan tener su propia radio.
La iniciativa “Radios Escolares-CAJ”, sustentada por la Ley de Medios, propone desarrollar diversas estrategias y ámbitos para el trabajo escolar, estimulando la investigación, la expresión y el intercambio entre alumnos, educadores y la comunidad.
A partir del lanzamiento, se instalarán cien emisoras en las escuelas que funcionan como sedes de los Centros de Actividades Juveniles (CAJ) durante el actual ciclo lectivo, mientras que para el año próximo se prevé que serán 200 los establecimientos que se verán beneficiados con el plan.
El Programa propone que las escuelas sostengan la programación y el proyecto comunicacional de manera asociada, entre la institución, sede la emisora, y cinco instituciones cercanas. De esta manera, las radios funcionarán como repetidoras de Radio Nacional.
En tanto, los elementos técnicos para la instalación de las emisoras como las diversas instancias de capacitación para la puesta en marcha de la radio estarán a cargo del Ministerio de Educación de la Nación, con la colaboración del AFSCA y la CNC.
Fuente: Corriente por una Comunicación Nacional y Popular
http://www.corrientecnp.org.ar/

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Creación Agencia Periodística de Buenos Aires

Una buena noticia para Buenos Aires

Agepeba
Por Víctor Ego Ducrot Periodista y escritor y profesor universitario.
El emprendimiento Agencia Periodística de Buenos Aires (AgePeBA) distribuirá su servicio diario de actualizaciones informativas constantes, gráficas y audiovisuales, a través de la página <www.agepeba.org.ar>.
Seguramente, las elecciones de octubre próximo le otorgarán un nuevo y claro mandato a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para que siga al frente de la República, desplegando en extensión…
Y profundidad el modelo de país inaugurado en 2003. También es altamente probable que el oficialismo renueve créditos en la provincia de Buenos Aires, esta vez con un Daniel Scioli escoltado en la fórmula por Gabriel Mariotto, el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y principal dirigente del espacio multisectorial que hizo posible la sanción de la llamada nueva Ley de Medios, una vieja deuda que tenía la democracia, saldada finalmente cuando la jefa de Estado estuvo en condiciones políticas de darle prioridad en su agenda.
Tanto en el peronismo como en el Frente para la Victoria y en otros entramados sociales y culturales sobre los cuales se sustenta el proyecto de Cristina, se dice en voz alta que el mismo debe desarrollarse sobre todo el territorio nacional, como así también ha quedado en evidencia que, en lo que va de este prolongado año electoral, y más allá de las peculiaridades de cada provincia y territorio, es ella la promotora de los altos índices de consenso en torno al oficialismo nacional. Los votos son de Cristina, se encargan de recordar las principales espadas de ese espacio que se puso al hombro la tarea de transformar al país en orden a un paradigma que está desarticulando el perverso canon neoliberal.
Ni la oposición puede negar lo tangible y concreto que es ese escenario, pese a la persistencia de ciertas y energúmenas expresiones, como las que emanan desde el Congreso, cuando pretenden convertir a un parricida y capo de estafadores en interlocutor político, desoyendo incluso voces propias que aconsejan poner fin a semejante despropósito. Sin embargo, considero que reducir el actual panorama público de los argentinos a una coyuntura de aritmética electoral favorable al oficialismo sería, por lo menos, superficial: el mismo da cuenta de una conmoción cultural mucho más amplia y profunda, como amplio y profundo fue y sigue siendo el impacto de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en el contexto de otras iniciativas de Estado impulsadas por la presidenta, con carácter de densidad ciudadana y como dispositivos de inclusión.
Es ese el tablero que explica lo que tan bien fue puntualizado el jueves de la semana pasada en la Universidad Nacional de San Martín, cuando en la inauguración de la Cátedra sobre Pensamiento Político Argentino y Latinoamericano, a cargo del director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, se señaló que, de ese “proceso de grandes transformaciones, emergen permanentemente nuevas voces que producen discursos e insumos para la reflexión. El estudio y el debate estarán en el centro de un pensamiento crítico que aporte ideas y prácticas más transparentes. La universidad es un espacio privilegiado para centrar la atención en estos cambios y generar los insumos críticos que los diferentes sectores de la sociedad necesitan para seguir avanzando.”
Una flamante iniciativa de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social (FPyCS) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) da cuenta de cómo las grandes transformaciones que se registran en el país impulsan programas de acción innovadores, surgidos, una vez más, de la poderosa herramienta de conocimiento y despliegue social que conforma nuestro sistema público universitario.
Con el decidido apoyo de la decana de la FPyCS, Florencia Saintout, un grupo de periodistas, graduados y estudiantes avanzados de esa facultad se aprestan a poner en red, en las próximas horas, lo que ellos mismos caracterizan como la primera agencia pública de noticias de la provincia de Buenos Aires.
El emprendimiento fue bautizado Agencia Periodística de Buenos Aires (AgePeBA) y distribuirá su servicio diario de actualizaciones informativas constantes, gráficas y audiovisuales, a través de la página <www.agepeba.org.ar>; el mismo será de uso libre y gratuito, con envíos automáticos de títulos y resúmenes, de apertura y cierre de jornada, para todos sus usuarios suscriptores.
AgePeBA se define como “una unidad de trabajo de la FPyCS, comprometida con la democracia comunicacional, desde contenidos que expresan, con pluralidad de voces, el complejo y diverso escenario político, económico, social y cultural de la provincia. Sus tareas van dirigidas a medios periodísticos y al público en general; su redacción central de La Plata cuenta con un equipo de redactores y editores de alto nivel profesional, y con corresponsales y colaboradores en diferentes puntos del territorio bonaerense.”
Al ser consultado sobre las condiciones que le dieron nacimiento a la idea de una  agencia pública y provincial de noticias, su jefe de redacción, Fernando López (egresado de la FPyCS), dijo: “Es indudable que la actividad de los comunicadores y periodistas de nuestro país ha quedado marcada a fuego por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual: si bien la misma se refiere a la regulación por parte del Estado Nacional de las frecuencias radioeléctricas, su cuerpo normativo y su espíritu han repercutido en términos contundentes sobre nuestras prácticas profesionales, al ponernos frente a nuevas responsabilidades, para ejercer nuestro oficio en términos de una amplitud democrática nunca antes registrada en la historia argentina.”
También destacó que, “como consecuencia de un conjunto de intervenciones del gobierno nacional para recuperar al Estado como regulador y distribuidor de bienes materiales y culturales, los medios públicos, en el más amplio sentido del concepto, están llamados a jugar un papel determinante en ese contexto democratizador; y no es casual que la FPyCS de la UNLP haya tomado esta iniciativa: es una institución que lleva ya años concibiendo a la actividad universitaria como productora y difusora de conocimiento hacia el interior de la vida académica, pero también como instrumento de participación e inclusión social, por fuera de sí misma. Y con ese espíritu es que la decana de nuestra facultad se jugó por este proyecto.”
Por su parte, Clara Vernet, periodista que está transitando los últimos tramos de la licenciatura y tiene a su cargo la secretaría de redacción de AgePeBA, resaltó el contendido de la agenda a la que se aboca la agencia y el carácter pluralista de su línea editorial:
“En nuestra actividad cotidiana tienen cabida todos los tópicos que hacen a la realidad económica, cultural, social y política de la provincia, narrados e interpretados por sus diversos actores, más allá de sus posicionamientos políticos e ideológicos, en tanto se identifiquen con el sistema democrático y la plena vigencia de los Derechos Humanos, en su más extenso sentido.”
En fin, simplemente buenas noticias para Buenos Aires.
21 de septiembre
 
Fuente:
Tiempo Argentino y Corriente por una Comunicación Nacional y Popular

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Algunos puntos sobre la “batalla cultural”



Cuando hablamos de la “batalla cultural” o de la “batalla de ideas”, nos estamos refiriendo a la cuestión de la hegemonía ideológico-cultural en una sociedad, a la lucha por la construcción de sentidos, y a su relación con la política. Desde el pensamiento conservador se cuestiona estas expresiones en pos de un supuesto consenso que de tal solo tiene el nombre; es propiamente la imposición de la agenda neoliberal naturalizada como lo típico y deseable en las sociedades exitosas. Todo lo que se sale de esa agenda es conflicto, populismo o “crispación”. Y aquí ya comenzamos a entrar en el escenario de la batalla cultural: la existencia de diversas visiones del mundo, muchas de ellas contrastantes o antagónicas entre sí. En ese sentido, el debate, la polémica y el “conflicto” no son aberraciones ni enojosos desvíos del “natural” consenso, sino expresión de las contradicciones reales que albergan las sociedades contemporáneas y de los distintos proyectos político-societarios en competencia.
Lo que aparece como sentido común o como aquello “consensuado” por la sociedad está estrechamente relacionado a proyectos político-societarios de vocación hegemónica, es decir proyectos que buscan establecer el marco de interpretación del movimiento de lo social, y de aquello que es bueno y deseable. El pensamiento conservador ha buscado sistemáticamente imponer su proyecto hegemónico camuflándolo de orden natural de las cosas. Por eso, un primer y fundamental paso de la batalla de ideas, es develar aquello que aparece naturalizado restituyéndole su dimensión política, de proyecto de organización de lo social. Y establecer con claridad los fundamentos de la propia visión, del propio proyecto político-societario. Si efectivamente aspira a ser tal, entonces es también un proyecto con vocación hegemónica. Admitirlo es necesario. Los operadores de los monopolios de la comunicación y los ideólogos conservadores, aquellos que han erigido una auténtica hegemonía exclusiva y excluyente (la de “mercado”), demonizan como “hegemónico” todo intento democrático de cuestionar la preeminencia de su visión del mundo y el posicionamiento estratégico de las corporaciones. Por eso la “hegemonía” tiene mala prensa, aunque por ejemplo toda la política imperial se oriente a conservar la hegemonía de los EEUU y sus documentos oficiales no lo disimulen. Pero cuando los gobiernos del Sur, o los movimientos populares intentan quebrar el status quo y reorientar el movimiento de lo social en dirección a una mayor autonomía regional, a la democratización de los regímenes políticos y a la distribución más equitativa de las riquezas, pasan a ser “hegemónicos”, populistas o autoritarios.
Aquí se da la primer “batalla” cultural: por la recuperación de la política como herramienta de transformación al servicio de los pueblos y la desnaturalización de las hegemonías: éstas se vinculan a proyectos de transformación social o de mantenimiento del status quo. Ahora bien, una cosa es la hegemonía política: ésta siempre es transitoria, reversible, y a veces decididamente circunstancial. Otra cosa es la hegemonía cultural, de la visión del mundo y el movimiento de lo social. Ese es el verdadero desafío de la batalla de ideas. Nuestro país atraviesa una etapa de confrontación de proyectos político-societarios, que pugnan entre sí por establecer una hegemonía cultural y no solo una preeminencia política. El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (y antes el de Néstor Kirchner) al cuestionar la naturalización de lo instituido por la hegemonía del proyecto neoliberal, al negarse a ser disciplinados en el “consenso” preexistente, al impulsar la repolitización de la sociedad, iniciaron una batalla cultural en la cual estamos inmersos.
La repolitización implica un ejercicio ampliado de la democracia como soberanía popular, como participación ciudadana, como organización militante. La respuesta del bloque conservador ha sido la de un falaz “republicanismo” de instituciones presuntamente amenazadas por el autoritarismo oficial. La contraposición de republicanismo versus soberanía popular es vieja en nuestra historia. La construcción del Estado en las décadas finales del siglo XIX cristalizó en un régimen oligárquico, en tanto que su ampliación democrática corrió por cuenta de los movimientos nacionales como el yrigoyenismo y el peronismo. Esos movimientos fueron denostados como personalistas y autoritarios por los republicanos de turno, muchos de los cuales no trepidaron en promover golpes de Estado y dictaduras. Esta situación se profundizó con la imposición del proyecto neoliberal, y como lo formula Ricardo Forster: “…se tendió a disociar democracia y conflicto, a reducir, cada vez más intensamente, la práctica y la idea de la democracia a sus formas institucional-jurídicas, lo que tuvo, como consecuencia inmediata el vaciamiento de lo político, su reducción a sede tribunalicia en muchos casos y la expropiación ideológico-conceptual de la dinámica del conflicto como núcleo organizador de la democracia reduciéndolo a lógica del ‘resentimiento’ o a retorno fantasmagórico del populismo que, precisamente y de acuerdo a este discurso dominante, exacerba el conflicto reduciendo la calidad institucional”[i]. Por el contrario, la dinámica de la democracia ha estado asociada a la movilización popular, a la ampliación de derechos y a liderazgos fuertes, como el que hoy encarna nuestra Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
En la estigmatización de los movimientos nacionales como “populismos” se juega otro aspecto de la batalla cultural de nuestros días. Es larga la discusión en el pensamiento social acerca de aquellos procesos subsumidos bajo la fórmula populismo. Con pretensiones sociológicas, la categoría estuvo en el pasado relacionada a la matriz interpretativa del estructural-funcionalismo, pero también la adoptaron diversas historiografías y hasta diferentes críticas de izquierda. Pero como señala Nicolás Casullo, con el ascenso neoliberal y la crisis de las izquierdas muere también una genealogía crítica del populismo, que sin duda era dogmática pero estaba centrada, a su modo, en la búsqueda de lo popular. Ahora, por el contrario, se manifiestan posturas presuntamente “progresistas” o de autodenominada centroizquierda pero que han perdido todo vínculo con esa crítica de izquierdas al populismo para asumir la visión de la derecha y “deslizarse” al campo ideológico del neoliberalismo[ii].
En la tradición del pensamiento nacional aparece la noción de movimiento nacional para referirse a esos fenómenos que han sido llamados populismos. El concepto de movimiento nacional está relacionado a la lucha por la autodeterminación nacional y a la movilización de distintos grupos y clases sociales con banderas democráticas y sectoriales que alcanzan un grado, variable, de articulación política. En los países dependientes, los movimientos nacionales han coaligado a distintos sectores sociales y bloques de clases en pos de lograr un mayor margen de autonomía nacional y una redistribución progresiva de la riqueza, en tanto que sus antagonistas han sido los grupos sociales vinculados a las viejas oligarquías, al capital externo y a los polos metropolitanos. En un país como Argentina, ese bloque de clases “globalizadas” o articuladas a esquemas de dependencia externa ha logrado históricamente establecer su hegemonía sobre vastos conglomerados sociales. Así se erigió, el viejo horizonte de un país agropecuario que “progresa” de cara a las metrópolis, horizonte que pervivió largas décadas y tuvo su más reciente avatar en la avanzada destituyente de 2008 con consignas como “la Argentina es el campo”. En cambio, en nuestro país el movimiento nacional, a partir del peronismo, asumió la bandera de la industrialización con justicia social. La aclaración “con justicia social” es necesaria porque la Argentina conoció también otras propuestas modernizadoras con contenido industrial, pero de escaso compromiso social. Al hablar de la articulación de distintos grupos sociales, estamos señalando que los movimientos nacionales son necesariamente policlasistas, lo cual introduce la cuestión de las contradicciones internas. Si no tuviéramos en cuenta esa situación, caeríamos en una visión romántica del movimiento nacional, y quedaríamos desarmados para actuar frente a los inevitables roces, fricciones y aún conflictos que se desatan entre los distintos grupos, fracciones políticas y clases sociales que integran el campo de lo nacional-popular en cada momento histórico. Esta comprensión es también parte de la batalla cultural, de la lucha por la hegemonía del campo popular, ya que la resolución “exitosa” de las contradicciones en el seno del pueblo, es lo que permite reducir el impacto de los conflictos, evitar el desarrollo de antagonismos fatales que condicionan negativamente a los movimientos nacionales y pueden ser factores de disgregación y derrota.
Indudablemente, otro de los escenarios privilegiados de la “batalla cultural” es hoy la comunicación audiovisual. La conformación de auténticos monopolios comunicacionales es un problema global y excede largamente a nuestra Argentina; incluso gobiernos de países metropolitanos sufren sus “extorsiones” y se encuentran condicionados negativamente por esos monopolios. El problema es complejo y multidimensional: hay que tener en cuenta tanto la cuestión de la concentración económica  como el impacto de las nuevas tecnologías de la comunicación en la conformación de la “opinión pública” y de los imaginarios sociales. La “civilización de la imagen” ha transformado las subjetividades contemporáneas acompañando el despliegue de la transformación capitalista que conocemos como globalización; es decir, ha sido funcional a la mercantilización de amplios espacios de la vida social y a uniformar pautas culturales presuntamente globales pero que no son sino la expansión de las industrias culturales del Norte, especialmente EEUU (a punto tal esto último, que hasta las industrias culturales de otros países metropolitanos se sienten amenazadas). Sin embargo, no es un curso fatal de la historia. En nuestro país, todo el debate y participación popular que acompañó el recorrido del anteproyecto de la actual Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual ha iniciado otro tramo, formidable, de la batalla cultural, tanto por el contenido de la ley como por el ejercicio inédito de democracia participativa que supuso su elaboración y tratamiento. La nueva ley abre un nuevo marco para lo público y lo social en la comunicación audiovisual, así como limita la conformación de monopolios. Es decir, de lo que se trata es de crear las condiciones para que se materialice aquello de las muchas voces, de los actores de la sociedad civil, de las instituciones sin fines de lucro, de instituciones públicas como las Universidades nacionales, de los movimientos y colectivos sociales. Es un estímulo a la organización popular para democratizar la comunicación audiovisual, y por lo mismo, a la capacitación, a la elaboración federal y democrática de nuevos contenidos y por cierto a la apertura de fuentes de trabajo. Va de suyo que la ley, por virtuosa que sea su letra, no podrá con su solo influjo concretar estas transformaciones. Por eso aquello del estímulo: será real en la medida en que la autoorganización social desbroce el terreno. Y aquí tenemos una de las más importantes facetas de esta batalla cultural: la recuperación de lo público, no solo desde lo estatal (fundamental e insustituible) sino también desde lo socio-comunitario, quedando por supuesto plenamente establecidas las garantías a la actividad privada con fines de lucro en tanto no concurra a la conformación de gravosos monopolios.
La recuperación de lo público no solo integra la agenda privilegiada del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (estatización de Aerolíneas, recuperación de los fondos previsionales) sino que es otro aspecto esencial de la batalla cultural que transitamos. El privatismo heredado de los ’90 es muy fuerte y es uno de los núcleos de la imposición del neoliberalismo. El propio crecimiento económico, despertando lógicas expectativas de consumo en sectores acomodados de la población, puede apuntalar una pervivencia de los valores culturales impuestos por el neoliberalismo, en tanto no se profundice la batalla cultural y la revalorización de lo público como proyecto societario. Lo público no es solo la gestión estatal de empresas y recursos, sino el bien común como norte de la política, la apertura de espacios a lo comunitario, la ampliación de derechos y ciudadanía. A partir de esta idea es que se puede considerar más fecundamente la ampliación de la agenda, el pleno despliegue del proyecto nacional-popular, o la “profundización del modelo” como también se le dice. Lo público exige articular los intereses particulares (lo privado) con lo estatal en una política de crecimiento económico, desarrollo y diversificación de la producción, y distribución progresiva de la riqueza. Requiere un poder político democrático fuerte, antítesis del “imperio del mercado” o de un estamento político rendido ante las corporaciones. He aquí una faceta más de la batalla cultural. El poder político democrático debe ser fuerte. La hegemonía neoliberal promovió un poder político debilitado en tanto se fortalecían las corporaciones y se instalaba el clima de “sospecha permanente” sobre la política (lamentablemente muchos políticos hicieron su “aporte” para instalar ese clima) en tanto se naturalizaba la opacidad y el autoritarismo reinante en los grandes grupos económicos y las corporaciones trasnacionales. En este escenario, la recuperación de lo público va de la mano de la recuperación de la política como herramienta de transformación al servicio del pueblo, tal su prerrequisito. Estado y ciudadanía “fuertes”, militancia y participación activas, organización socio-comunitaria, bien común como norte de la política. Todo esto atravesado por el debate y la contradicción, pues la recuperación de lo público no se da de una vez y para siempre, sino que es un ejercicio permanente de la democracia y una de las claves estratégicas de la batalla cultural.

Germán Ibañez


[i] Ricardo Forster: “Los espectros latinoamericanos: el populismo, la izquierda y las promesas incumplidas”, en El litigio por la democracia; Buenos Aires; Planeta; 2011; p. 56
[ii] Nicolás Casullo: “Populismo, el regreso del fantasma”, en Peronismo. Militancia y crítica (1973-2008); Buenos Aires; Colihue; 2008; p. 276

lunes, 12 de septiembre de 2011

América del Sur y su propia Defensa



Integración Regional
América del Sur y su propia Defensa
Brasil y Argentina se hacen cargo
Al Consejo de Defensa y al Centro de Estudios Estratégicos de UNASUR, ahora se suman iniciativas industriales. La cooperación como elementos constitutivos de una estrategia regional disuasoria.
Por Diego Ghersi | Desde la Redacción de APAS
10|09|2011
Era inevitable y necesario que los representantes de la defensa de las dos locomotoras de Latinoamérica hicieran saber al mundo que la Alianza Estratégica que los une alcanza también a la Defensa Continental y al desarrollo de una industria afín a ella.

Era necesario porque, en el contexto internacional de crisis, las naciones centrales parecen haber encontrado en la regresión colonialista una salida a sus déficits. Dicho de otra forma, la manera desesperada de compensar su carencia natural de riquezas las ha llevado a utilizar su poderío armamentístico para proveerse de ellas por la fuerza en los países de la periferia.

También era inevitable por cuanto con ese accionar -legitimado desde una discutida Organización de Naciones Unidas- los países centrales se han convertido a los ojos Sudamericanos en verdaderas hipótesis de conflicto, merecedoras de un mensaje disuasorio.

Del lado sudamericano parece darse –en materia económica- la antítesis de la desesperación central. El hecho de haber construido durante la última década mecanismos para protegerse de los alcances de la crisis neoliberal les permite a nuestros países trazar hoy –con algo más de tranquilidad- estrategias combinadas de mediano y largo plazo de concreción.

Así, la aplicación de medidas económicas tendientes a fortalecer la inversión interna; la existencia de un mercado de consumo propio y la necesidad de encarar obras de infraestructura de todo tipo -largamente postergadas pero no por eso menos necesarias- se han combinado de tal forma que es posible pensar en desarrollar una industria de matriz autóctona para la defensa.

Esta situación explica que, como parte de su paquete de declaraciones, tanto el ministro argentino Arturo Puricelli como su par brasileño, Celso Amorim, se refirieran a diversos emprendimientos en el área de desarrollo de armamentos.
En efecto, el despliegue de la industria bélica para la defensa no sólo independizaría a las Fuerzas Armadas Latinoamericanas del tradicional flujo de pertrechos extranjeros –cuestión estratégica- sino que tal emprendimiento tendría el valor agregado de crear fuentes de trabajo locales, cuyo producto se destinaría –por largo tiempo- al uso de la propia milicia con fines de disuasión.

Ese límite temporal, surgido de la necesidad de construir un aparato industrial prácticamente desde la nada, frenaría el problema esencial que siempre subyace en el negocio de las armas: ser usadas como mercancía para fomentar guerras en otras partes del globo. Tal opción, sin dudas un problema a futuro, puede solucionarse si desde el comienzo se prevén usos alternativos para tales emprendimientos.

Fue el titular de Defensa argentino quién mencionó las iniciativas de cooperación regional en marcha en materia de desarrollo y producción para la defensa, y en ellas se destacan tres proyectos binacionales en otros tantos sectores tecnológicos de enorme potencialidad: la fabricación de conjuntos estructurales para el proyecto del avión EMBRAER KC-390; la producción de vehículos militares terrestres livianos Gaucho y la producción naval con la asociación CINAR-AESA-Odebrecht.

Por su parte, Amorim señaló la necesidad de implementar cadenas productivas en el Mercosur y destacó a la Argentina como el país que puede acompañar esta iniciativa junto con Brasil.

Como si fuera poco, ambos ministros pudieron expresar una idea que debe pensarse dos veces para comprender a fondo su trascendencia: la creación de una agencia espacial común destinada al dominio propio de la tecnología satelital.

Llegados a este punto, conviene recordar que a la creación de UNASUR siguió el establecimiento del Consejo de Defensa Sudamericano y posteriormente el Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa (CEED), organismo necesario para desarrollar un pensamiento estratégico unificado.

Teniendo en cuenta lo anterior, si la doctrina ya cuenta con un espacio para su elaboración –la CEED- , las recientes declaraciones de ambos ministros referidas a la industrialización de tecnologías materializan la segunda parte de una tríada inevitable en la que la tercera pieza sería la paulatina integración del elemento humano militar.

Dicha integración humana –inédita desde los tiempos de San Martín y Bolívar- no es un desafío menor por cuanto implicaría reconocer hasta qué punto los militares de los países de la región se encuentran a la altura de la concepción estratégica que impulsan sus gobiernos.

La solución de esa tercera fase consistirá tanto en superar años de desconfianzas mutuas basadas en falsas competencias por el poder regional como en relegar al pasado el recuerdo de fratricidas hipótesis de conflicto vigentes por años.

A esos efectos contribuye la ejecución del primer ejercicio militar conjunto de operaciones de mantenimiento de la paz de la UNASUR que comenzó el 7 de setiembre en la provincia argentina de Buenos Aires. La ejercitación combinada busca estrechar lazos entre militares de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

Justamente el objetivo declarado de la ejercitación es el de “promover estándares de interoperabilidad combinada en materia de planeamiento y conducción de operaciones de mantenimiento de la paz entre los instrumentos militares de las naciones suramericanas.”

Sin embargo no todo es simplemente “estrechar lazos” para superar antiguas desconfianzas. Después de todo no debe olvidarse que ya existieron lazos muy estrechos durante la planificación y ejecución del criminal “Plan Cóndor”.
En efecto, a los problemas señalados debería sumarse ciertas veladas oposiciones militares a las iniciativas de sus respectivos gobiernos tendientes a esclarecer asuntos relacionados con violaciones a los Derechos Humanos, campo en el que sólo Argentina ha logrado avances concretos.

Por esas causas, además de ineludible, la integración humana representa un problema no menor que requerirá años de formación ideológica en los institutos castrenses, cuestión que se aligeraría si se instrumentase desde instituciones unificadas como reaseguro de la uniformidad del mensaje. Sería un dislate entregar armas a individuos no comprometidos con un futuro de unidad continental.

Para finalizar, quedan los conceptos vertidos por el canciller Amorim en el sentido de que -en temas de defensa- Sudamérica emite al exterior un mensaje disuasorio que se diferencia de la indefensión, pero también, fronteras adentro el gran desafío estriba en la cooperación entre los países de la región.

Toda una teoría que enmarca la grandeza de los tiempos que corren.

dghersi@prensamercosur.com.ar

Fuente: Agencia Periodística de América del Sur

viernes, 9 de septiembre de 2011

La contaminación semántica como arma de los grandes medios

VOTO-
Luego del desconcierto de la prensa hegemónica por el amplio triunfo de Cristina Fernández de Kirchner en las primarias, comienzan a vislumbrarse vectores editoriales que permiten adelantar cuál será el rumbo de las coberturas mediáticas de cara a los comicios de octubre.

La Red de Observatorios Universitarios de Medios (ROUM) analiza en su octavo informe las coberturas de los principales diarios de diferentes provincias tras las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
En sus conclusiones, advierte que los comportamientos de los diarios hegemónicos de Córdoba, Tucumán, Santa Fe, Mendoza, San Luis y Salta “preanuncian lo que muy probablemente sea el tono de sus respectivos trabajos en el contexto de las elecciones de octubre próximo: contaminación semántica para descalificar al gobierno nacional y a la candidata a la Presidencia, Cristina Fernández de Kirchner”.
Del seguimiento de las agendas, del uso de fuentes y de los estilos empleados por estos medios se desprenden algunas consideraciones a tener en cuenta respecto de las coberturas de la segunda quincena de agosto pasado.
La Voz del Interior (Córdoba), por ejemplo, “no escatimó esfuerzos para desvalorizar los resultados favorables al kirchnerismo”, apelando a “un permanente tono burlón sobre la alegría de la Presidenta frente a los resultados”.
Si bien el diario reconoce el triunfo del Frente para la Victoria (FpV) y varias notas tratan el fracaso de Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde, “se observa un esfuerzo por instalar a Hermes Binner como el candidato único de la oposición”.
La obligación de tener que admitir la victoria de Cristina Fernández fue algo que incluyó a todos los medios hegemónicos por igual, aunque con el paso de los días muchos de ellos trataron de relativizar el resultado con diversas interpretaciones acerca de los motivos del voto ciudadano.
En esta línea, el diario La Gaceta (Tucumán) se vio ante la necesidad de “realzar toda voz de tono opositor”, mientras que El Litoral (Santa Fe) recurrió a un “lenguaje ofensivo en forma sistemática contra el Gobierno nacional y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner”, al tiempo que utilizó los discursos de medios nacionales, como el diario La Nación (Buenos Aires) “como fuente antigubernamental”.
Los Andes (Mendoza), por su parte, trató de profundizar su “operación desgaste” –ya verificada en informes anteriores-, utilizando “como principales estrategias la instalación de un escenario tiránico, signado por el autoritarismo presidencial, el ataque a la prensa ‘no cooptada’ y una desproporcionada recurrencia a fuentes vinculadas a la oposición”.
El diario UNO mantuvo una marcada diferencia con respecto a su principal competidor en el mercado mendocino (Grupo Clarín) al sostener un “aparente equilibrio” en su tratamiento periodístico de las PASO.
En este sentido, el informe de la ROUM recuerda que el monopolio Vila–Manzano realiza desde hace unos meses una serie de movimientos tácticos que le permitieron apartarse de las líneas demarcadas por las corporaciones explícitamente opositoras”.
En tanto, el Diario de la República (San Luis) se acopla al triunfalismo del gobernador Alberto Rodríguez Saá, caracterizando al puntano como “el único que pudo ganarle a la Presidenta”. El propio gobernador es una fuente privilegiada del medio y se destacan varios aspectos de su gestión en la Provincia, siempre de acuerdo al discurso oficial.
Asimismo, se despliegan argumentos descontextualizados y reduccionistas para justificar el resultado obtenido por la Presidenta. Un ejemplo son las explicaciones que tratan de instalar que la victoria del FpV “obedece a la gran cantidad de villas miserias que existen en el país, donde se sufraga a favor del oficialismo”.
No menos descalificantes fueron los vectores editoriales utilizados por El Tribuno (Salta) para abordar las elecciones primarias, en muchos casos con “incursiones severas de tono discriminador”.
El informe destaca que la mayoría de las noticias publicadas por el medio salteño están vinculadas a problemas como el de la “inseguridad”, tratando con especial énfasis el caso de las turistas francesas. Con éste y otros temas se apunta al gobierno provincial y, por elevación, al gobierno nacional, concluye la ROUM.
Fuente: Red de Observatorios Universitarios de Medios

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Los votos, los medios

La ventana|Miércoles, 7 de septiembre de 2011
medios y comunicación

Los votos, los medios

Las elecciones primarias y el “caso Candela”. Dos ocasiones para analizar el comportamiento de los medios de comunicación y para debatir sobre su peso en la sociedad actual. Gustavo Bulla polemiza con el periodista Pablo Sirvén, del diario La Nación, respecto de la influencia de los medios en los resultados de las elecciones primarias.

Por Gustavo Bulla *
“En 1945, todos los medios masivos de comunicación estaban contra nosotros y ganamos las elecciones. En 1955, todos estaban a favor nuestro, porque eran nuestros la mayor parte, y nos echaron, y en 1972 estaban todos en contra de nosotros y les ganamos por el 60 por ciento. De manera que todo es relativo en esta vida.” Lo anterior lo escribió días atrás el periodista Pablo Sirvén en un artículo publicado en el diario La Nación, recurriendo al viejo truco de argumentar a favor de la concentración mediática con una frase descontextualizada –de las miles– del general Perón.
Digo “viejo truco” porque él y otros columnistas de similar línea de pensamiento ya lo han ensayado en otras circunstancias. Sin ir más lejos, en el momento en el cual se estaba debatiendo la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA), refiriéndose a su supuesto contenido estatizante.
Se observan aquí dos intentos a cual más torpe: uno, el de erigirse en el certificador de las posiciones peronistas; dos, reducir, evocando una frase típica de la picaresca del General, un apasionante e interminable debate teórico en torno de la relación compleja entre sociedad, medios de comunicación y democracia.
Resultaría ocioso descalificar a Sirvén como custodio del pensamiento peronista...
No obstante, para sostener el segundo de los intentos señalados, el secretario de Redacción del diario de los Mitre realiza afirmaciones que es oportuno poner en cuestión. “Por arte de magia, los ‘medios hegemónicos’ que habían sido, según los más altos funcionarios y referentes de la cultura K, artífices del categórico triunfo de Mauricio Macri porque, supuestamente, lo habían ‘blindado’, ahora resultaron completamente inocuos para impedir, pese a sus reiteradas advertencias agoreras y la publicación de graves denuncias contra referentes K, que Cristina Kirchner se alzara con tan rotunda victoria”, se puede leer en la edición del 16 de agosto último.
Vayamos por partes. Que Macri estuvo, está y seguramente estará “blindado” por los grandes medios de comunicación es tan obvio que da pudor ofrecer mayores argumentos. A manera de ejemplo, si alguien encuentra una sola utilización del calificativo “procesado” junto al nombre o el cargo de Mauricio Macri en alguno de esos medios de comunicación se agradecerá la referencia. De ahí a plantear que Macri ganó las elecciones porteñas exclusivamente por el blindaje mediático es pensar que los resultados electorales responden linealmente a causas unívocas.
Pero el error más grave cometido por el analista es la deshistorización. Sus ramplonas conclusiones sobre la limitada influencia de los medios de comunicación observan como –poco menos que– imágenes congeladas los procesos políticos de 1945, 1955, 1972 y 2011.
La sociedad argentina de hoy –lo perciba o no Sirvén– es irreconocible respecto de su relación con los medios de comunicación. El debate de los últimos tres años en torno de la LSCA no es un dato menor respecto de la relación entre el pueblo y las empresas periodísticas. El comportamiento de los grandes medios con posterioridad a la sanción de la ley no hizo otra cosa que corroborar la imperiosa necesidad de su aplicación. El descrédito del que hoy gozan en buena parte de la sociedad es también un elemento para incorporar seriamente en el análisis de los comportamientos electorales.
La refutación de los planteos teóricos de Laswell y de Lazarsfeld es tan obvia y antigua como los razonamientos de Sirvén. La “aguja hipodérmica” –se sabe– no funciona tal cual se especulaba en los años ’30, pero nadie puede negar que sí funcione “la gota que horada la piedra”.
Es una afirmación al menos sonsa decir: “Ves cómo no influyen, Cristina arrasó en las primarias a pesar de tener a los grandes medios en su contra”. La descontextualización suele ser mala consejera; para comparar tan sólo con el turno electoral del 2009, ni la Presidenta es la misma, ni la sociedad es la misma, ni los medios son los mismos...
La influencia de los medios en la decisión de los votantes parece ser mayor ante la ausencia de un proyecto político que concite adhesiones más allá de las opciones electorales. O dicho de otra forma, cuando los grandes medios nos agarran “de a uno”, su influencia en nuestra decisión como electores crece. Pero cuando hay conquistas objetivas a defender, derechos adquiridos por amplias mayorías populares puestos en peligro, no pareciera que alcance el poder incuestionable de los grandes medios para torcer la voluntad popular manifestada en el voto.
* Profesor de Políticas de Comunicación (UBA / UNLZ). Director Nacional de Supervisión y Evaluación Afsca
Fuente: Página /12, 7 de septiembre de 2011

lunes, 5 de septiembre de 2011

El modelo de sustitución de importaciones de ideas



Escenarios
Debate profundo
El modelo de sustitución de importaciones de ideas
Se han denominado los modelos de acumulación de capital de acuerdo a las políticas estratégicas (objetivos, proyectos y políticas) implementadas en distintas latitudes y en distintas épocas históricas de acuerdo a los grupos de interés que se privilegian o que detentan y hegemonizan el poder político.
Por Ana Jaramillo* |
04|09|2011
En nuestro país se han implementado diversos modelos de acumulación de capital de acuerdo a las distintas políticas implementadas a lo largo de su historia, que a veces se denominan fundamentalmente desde categorías económicas y a veces desde categorías políticas que denotan las opciones de política económica. Así tuvimos modelos agroexportadores, de sustitución de importaciones, industrialistas, desarrollistas, liberales o neo liberales, etc.

Desde otras latitudes hablan ahora del modelo argentino que aún no tiene nombre. El New York Times le recomienda a Obama implementarlo para aplacar el “malestar económico” y en Europa lo recomiendan para salir de las crisis. El diario neoyorquino habla del crecimiento del país que no perjudicó al pueblo y que bajó el nivel de pobreza y el desempleo.

Se lo define como heterodoxo de acuerdo a la posición frente a las recetas “ortodoxas” de los organismos internacionales financieros, sobre el manejo del gasto público y del endeudamiento, los ajustes estructurales frente a las crisis, etc.

Al modelo argentino aun innominado, a mí me gustaría llamarlo “modelo de sustitución de importación de ideas”.

Desde la formación del Estado nacional, hemos copiado ideas y modelos económicos y políticos tanto de los europeos como de los Estados Unidos. Es lo que Jauretche denominó el colonialismo pedagógico de nuestros intelectuales que llevó a la dependencia e imitación de las formas de gobierno y de las políticas económicas para solucionar nuestros problemas vernáculos.

En el 1900, el pensador uruguayo José Enrique Rodó nos decía: “No veo la gloria, ni en el propósito de desnaturalizar el carácter de los pueblos- su genio personal-, para imponerles la identificación con un modelo extraño al que ellos sacrifiquen la originalidad irremplazable de su espíritu; ni en la creencia ingenua de que eso pueda obtenerse alguna vez por procedimientos artificiales e improvisados de imitación. Ese irreflexivo traslado de lo que es natural y espontáneo en una sociedad al seno de otra, donde no tenga raíces ni en la naturaleza ni en la historia…”

Todavía se sigue hablando de la educación como un gasto, mientras sabemos que es una de las inversiones más estratégicas de nuestro país y de toda América Latina, no sólo para crecer sino para ampliar la democracia. ¿Qué ganamos importando en forma permanente “bienes de capital” descubiertos y producidos en otras latitudes, sin preparar a nuestros hombres y mujeres para investigar y capacitarlos para la creación científica y tecnológica adecuada a nuestra realidad y a nuestros problemas?

Desde el otro lado de los Andes la educación superior continúa siendo simplemente un gasto casi suntuario del Estado y no una necesidad de formar científicos, profesionales, académicos y tecnólogos que con vocación nacional se comprometan con el desarrollo propio.

La gratuidad de la enseñanza universitaria decretada por el Presidente Perón en 1949, es una inversión indispensable para sustituir la importación de ideas, para cuestionar la verdad y el pensamiento único. Si no fuera así terminaríamos siendo maquiladores de capital, de productos e ideas ajenas.

Afortunadamente, el Presidente Kirchner se negó a aceptar el ALCA hace ya seis años. La supuesta globalización es un globo cuyo piolín lo manejan los poderosos, generando más pobreza y menos democracia.

Las medidas políticas aplicadas desde el año 2003, desde el rechazo al ALCA, el desendeudamiento y el pago de la deuda externa con reservas, la nacionalización de las AFJP, el empoderamiento de los menos favorecidos a través de la asignación universal por hijo, la inversión del presupuesto destinado al pago de la deuda hacia la inversión en educación, la derogación de las leyes de punto final y obediencia debida, la restitución de las paritarias, el aumento bianual a los jubilados, el matrimonio igualitario, la ley de medios suprimiendo los monopolios informativos y tantas otras medidas que ensanchan los derechos democráticos del pueblo nos confirman que no somos maquiladores de ideas ajenas.

En 1949, el filósofo y Ministro de Educación mexicano, José Vasconcelos, nos decía en el Primer Congreso de Filosofía:: “la verdad es armonía de pensamiento y realidad…afortunadamente, en nuestros pueblos, el filósofo ha sido, por lo menos en la etapa heroica de nuestra formación nacional, un héroe de la idea; un creador de cultura” (...) cada nueva doctrina filosófica se convertía en el alma de una cruzada de inmediata aplicación social”.

En Nuestra América, la construcción social de la libertad y de la democracia no es imaginaria ni utópica como las de Tomás Moro, la de Campanella o la de Bacon, sigue siendo un lugar donde hacerla realidad.

*La autora es Rectora de la Universidad Nacional de Lanús
Fuente: Agencia Periodística de América del Sur

viernes, 2 de septiembre de 2011

Para discutir en el barrio lo que leemos en los diarios y vemos en la tele

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La Red de Observatorios Universitarios de Medios convoca a la ciudadanía a organizar jornadas de debate y otras actividades de cara a las elecciones de octubre próximo.
Una propuesta de la Red de Observatorios Universitarios de Medios (ROUM) a los vecinos de la provincia de Buenos Aires, para analizar en conjunto cómo los grandes medios de comunicación tratan de influir en nuestras vidas, desconociendo las necesidades reales de cada uno de nosotros, de nuestros hijos, de nuestro mundo cotidiano, y para imponernos sus miradas e intereses.
¿Por qué los medios dicen lo que dicen?
¿Cómo elaboran sus contenidos?
¿Cómo informan y como desinforman?
¿Qué intereses defienden?
Estamos viviendo momentos de mucha importancia para el futuro de los argentinos. En pocas semanas más tendremos que votar y los medios de comunicación concentrados, con el Grupo Clarín a la cabeza, intentan ser ellos quienes decidan, mediante sus recursos de manipulación, lo que debemos decidir los ciudadanos y ciudadanas con nuestro voto.
Estudiantes y docente que conforman la Red de Observatorios Universitarios de Medios (ROUM) se ponen a disposición de la sociedad para que a través de espacios de participación como Casas Compañeras, centros vecinales, escuelas y demás instituciones populares se puedan organizar jornadas de debate sobre todos esos temas.
Aquellos interesados en contar con la cooperación de la ROUM pueden ponerse en contacto a través de la página electrónica  www.redobservatorios.org.ar o del correo redoum@gmail.com. De esa forma se podrán planificar y organizar los programas de actividades propuestas.
 
Fuente: Corriente por una Comunicación Nacional y Popular

jueves, 1 de septiembre de 2011

Revisitando la cuestión de la conciencia nacional

Revisitando la cuestión de la conciencia nacional

Existe una interpretación de la nación y de la conciencia nacional como “olvido”: aquellos procesos sociales que una comunidad nacional prefiere olvidar, por traumáticos o por resultar menos consensuados entre los integrantes de tal comunidad. El resultado es la afirmación de otros procesos que son, finalmente, aquello que se recuerdan. Cabe la pregunta de quién determina los olvidos y lo que se recuerda.
En la tradición del pensamiento nacional argentino se suscitó otra interpretación de la conciencia nacional, claramente divergente de la anterior, que es la que se desarrolla Juan José Hernández Arregui en su libro La formación de la conciencia nacional. En el abordaje claramente historicista de Hernández Arregui las distintas tradiciones de pensamiento y las diferentes vertientes ideológicas, en sus choques, confrontaciones, debates y polémicas a lo largo del tiempo, negándose mutuamente alumbran nuevas síntesis (siempre provisorias) que expresan el movimiento contradictorio de ascenso a la autoconciencia del pueblo argentino (como sujeto histórico con identidad, atravesado por contradicciones sociales). Ese movimiento dialéctico eclosiona entonces en una nueva síntesis que es justamente la conciencia nacional. Cuando Hernández Arregui describía este proceso, en los comienzos de la década de 1960, postulaba que se acercaba ya el punto crítico, irreversible, de maduración de la conciencia nacional de los argentinos, de la mano de la revolución popular y antiimperialista. El peronismo, como movimiento de liberación nacional, con una definición más claramente revolucionaria aún que en los años precedentes, sería para Hernández Arregui el vector de ese proceso.
Pero surgirá luego el dramático desafío de explicar una conciencia nacional en regresión. Ese desafío es el que plantea una historicidad congelada, primero por el Terror dictatorial y luego por el “presente perpetuo” de la globalización neoliberal. La cancelación de todo un ciclo de luchas populares, la expropiación de la memoria, la consagración de la injusticia y la impunidad marcarán una “regresión” de la conciencia nacional, tal como la caracterizaba Hernández Arregui: como la autoconciencia del pueblo en tren de liberación.
En ese contexto, la lucha por la memoria, la justicia y la reparación histórica constituye un nuevo momento de la lucha por la conciencia de la nación. Ya no un imposible “olvido” de lo traumático o doloroso, sino el rescate de las memorias aplastadas, negadas, “expropiadas” por el terrorismo de Estado y la impunidad. Señalando claramente que los partidarios del olvido suelen ser aquellos que también toman partido por la impunidad o la toleraron. Ese es el camino que delinearon los movimientos de Derechos Humanos, construyendo un insustituible aporte a la conciencia nacional de los argentinos. Ese es el camino que comenzó a asegurar también el Estado nacional a partir de 2003 con el gobierno de Néstor Kirchner y luego de Cristina Fernández de Kirchner. Es el camino, siempre azaroso, siempre atravesado por el conflicto y la contradicción, hacia una nueva síntesis, con mayor justicia y sin “olvidos” impuestos por los dominadores.

Germán Ibañez