lunes, 28 de octubre de 2013

Florencia Saintout supera su actuación de las PASO y logra entrar al Concejo Deliberante

Elecciones en La Plata

 

En el kirchnerista Frente Social, encabezado por la decana de Periodismo de la UNLP, también obtendría una banca el candidato Guillermo “Nano” Cara, segundo en la lista. “Hemos hecho una elección impresionante y estamos muy contentos”, dijo Saintout al celebrar el resultado y se comprometió a trabajar con “sensibilidad y firmeza”.

                                        
Florenica Saintout (Foto Archivo)
Domingo, 27 de Octubre de 2013
 
El Frente Social, que llevó como primera candidata a concejal a Florencia Saintout y segundo a Guillermo “Nano” Cara, habría logrado dos bancas en el Concejo Deliberante de La Plata con alrededor del 11 por ciento de los votos.
“Tomamos esta situación con muchísima responsabilidad. Hemos hecho una elección impresionante y estamos muy contentos. También estamos contentos porque el kirchnerismo sigue siendo la primera fuerza a nivel nacional”, manifestó Saintout al hablar desde su comando electoral, en calle 6 entre 62 y 63.
Además, se comprometió a trabajar desde su banca “con la sensibilidad y la firmeza que hemos tenido siempre”.
La lista de la decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP compitió con José Arteaga (Frente Renovador), quien se impuso en primer lugar (31%), con el hermano del intendente Pablo Bruera, Gabriel Bruera (17%), y con Gastón Crespo, del Frente Progresista (16%), según los cómputos provisionales.
Saintout superó en estas elecciones su desempeño de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), cuando había obtenido el 10 por ciento de los votos.
“Nosotros somos militantes y esto nos da más fuerza para seguir peleándola. Somos la fuerza con mayor cantidad de jóvenes en toda la ciudad de La Plata", subrayó la decana.

Fuente: Agencia Periodística de Buenos Aires
www.agepeba.org

 

Entrevista a Florencia Saintout: “Octubre forma parte de los Horizontes hacia el Futuro”

 


por Luciano Torres
 

La Universidad debe estar al servicio de las necesidades estratégicas de la Nación y de los sectores más postergados, protagonizando activa y críticamente el tiempo de cambios abierto en Argentina y en América Latina en su conjunto. Florencia Saintout, Decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, quien además encabeza la lista de candidatos a Concejales del Kirchnerismo en la Ciudad de La Plata, es cabal muestra de esto. Tuvimos la posibilidad de conocer su opinión acerca de cuestiones tan relevantes como las de Género y Justicia Social, Legalización del aborto, ampliación de Derechos, rol de los Medios de Comunicación, Ley de Radiodifusión, Proyecto Nacional y Popular y Peronismo, el 17 de Octubre del ´45, la coyuntura electoral, entre otras.

Aluvión Popular: En términos de Igualdad, Inclusión y ampliación de Derechos, ¿cómo ves el proceso que se está viviendo en el país?
Florencia Saintout: Yo me defino como Peronista, Kirchnerista y feminista y entiendo que en sus políticas, este Gobierno ha logrado mucho más por los Derechos de las mujeres sin la necesidad de definirse como feminista. Por supuesto que no lo hizo desde el vacío, sino en un campo que se había enriquecido por esas luchas feministas de años… no hay que restarle méritos pero la voluntad política podría haber sido no escuchar esos reclamos. Se ha hecho mucho, por ejemplo, la Ley para las Trabajadoras Domésticas es una ley realmente potente en términos de reivindicación de Género. El Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género, el lugar de la mujer en la Asignación Universal por Hijo, son políticas enmarcadas en una concepción de política social. El Peronismo cuando habla de Género habla de Justicia Social. Entiendo que todavía falta, y tal vez la pelea por la legalización del aborto es una pelea que condensa muchos significados que tienen que ver con una noción de Igualdad, no puede ser que se sigan muriendo mujeres pobres a la hora de hacerse abortos clandestinos. Por supuesto que eso se evita de muchas maneras pero una de ellas es la legalización del aborto, también profundizar la educación sexual y los métodos de prevención. Acá hay una discusión que se debe dar en relación a lo que se considera como vida, porque la vida es una discusión ético filosófica pero profundamente política. Cuando discutimos qué es una vida, si maternidad o no, si aborto o no, también estamos discutiendo qué es uno u otro para esta sociedad en donde, por ejemplo, hay vidas que se lloran y vidas que no se lloran porque no las consideran como la de los pibes pobres. Cuando en las noticias nos enteramos que hay un pibe muerto con nombre y apellido es porque es de clase media o de clase alta. Esa discusión hay que dar, ¿qué vale más la vida o la propiedad para esta sociedad?

La Presidenta sentó posición respecto al debate en torno al inicio de la vida cuando fijó como inicio del cobro de la Asignación Universal por Hijo los tres meses de edad del niño, ¿esto le resta argumentos a quienes se ponen en contra del aborto?

Este Proyecto ha sabido gobernar atendiendo a las necesidades de las mayorías sin dejar por eso de reconocer las diversidades y en ese horizonte que ha trazado nos da la posibilidad de discutir las políticas. El Kirchnerismo en muchísimos niveles ha ido contra dos herramientas centrales que la Derecha ha utilizado para intentar domesticarnos. En principio, ha ido contra el miedo, contra el gran proyecto del miedo a no comprometerse y a pensar en el otro. El Kirchnerismo ha sido una maquinaria contra el miedo, entonces tenemos que dar todas las discusiones que creamos que son necesarias. En segundo lugar, la derecha siempre ha intentado meternos en la cabeza la vergüenza de lo que somos, de lo que creemos de lo que efectivamente pensamos, han tratado de ridiculizarnos en lo que nosotros los peronistas somos como Nación y como Pueblo. El Kirchnerismo lo que nos ha dejado es sentir orgullo de lo que somos, de lo que pensamos, de lo que hacemos, y ese orgullo es una respuesta política frente a eso de taparnos con vergüenza. No tenemos que estar quietos para ver cómo se acomodan las cosas, para saber cuáles son los debates que tenemos que dar, esto está en la matriz del Kirchnerismo y nosotros tenemos que tener los reflejos, la intuición, la seguridad de que cuanto más nos parecemos a lo que soñamos somos más auténticos y nos va a ir mejor. En términos colectivos e históricos.

¿Y cómo responden los Medios?
Los Medios no son instrumentos, no son técnicas nada más como nos han tratado de hacer creer. Son actores sociales con intereses empresariales, con intereses capitalistas que toman partido en post de la posibilidad de sus negocios y, en este sentido, no son cualquier tipo de actor. Son actores que a la vez tienen como materia propia la producción de sentido, la materia significante, ellos van modelando sentidos que preexisten en la sociedad y que ellos modelan, refuerzan y profundizan. Uno podría pensar que nada de lo que se dice en los Medios es propio pero lo que hacen los Medios es tomarlo, profundizar algunos aspectos y acallar otros, es decir, que participan en la construcción de la hegemonía de lo que es posible de ser pensado y dicho en una determinada sociedad. En este sentido, Cristina ha sufrido la construcción de la imagen de una mujer individual atada a deseos irrefrenables y que es necesario que alguien le ponga un límite. Yo creo que la Campaña de De Narváez –“Ella o Vos”-, más allá de los resultados que ha tenido, lo que hizo fue tomar comunicacionalmente algo que se venía armando, le dio forma y para mí hizo un gran daño a la Democracia. Finalmente fueron otras fuerzas políticas, o tal vez no tan otras, las que cosecharon eso de la pelea en torno al sentido. Y esto tiene que ver con eso de “frenen a esta loca”, toman eso para darle un sentido ligado a sus intereses.


Con respecto a los Medios, hace un tiempo se presentó un Informe de cómo fue mediatizada la inundación en la Ciudad de La Plata, ¿cómo fue toda esa lectura acerca del rol de los Medios en una tragedia como la del 2 de abril?
El Informe fue acerca del tratamiento que le dio El Día. Realmente, es escandalosa la impunidad con la que manejaron la desinformación de lo que estaba sucediendo en una parte de la Ciudad que tenía que ver con el articulado del Estado Nacional con la militancia unida y organizada para hacer frente a la inundación. Entonces, vimos cómo el Diario despolitizó totalmente ese trabajo y, sobre todo, inocentó cabalmente al Municipio y, especialmente, a Pablo Bruera. Este Informe es público y recién se lo menciona a la semana y lo hacen para decir que habían hecho un anuncio (creo que sobre subsidios), sin ningún tipo de información descriptiva pero mucho menos un análisis en torno a por qué sucedió lo que sucedió, quiénes son los responsables y, además, hubo un ninguneo absoluto a una de las movilizaciones juveniles más importantes de estos 30 años de Democracia, no sólo por la cantidad de jóvenes implicados sino, además, por las definiciones político militantes. En ese sentido, no es que fue cualquier tipo de solidaridad o un movimiento espontáneo y si eso además se conjuga con el tratamiento de los Medios a nivel nacional -porque El Día no lo tomó: para ellos no sucedió, no fue información- y agregamos que desde esos Medios hubo una estigmatización absoluta de la militancia, de las pecheras, hubo un ensañamiento absoluto con las Agrupaciones (más con unas que con otras), entonces, los Medios ahí se presentaron como son. ¿Les molesta qué sean jóvenes? No. Si los jóvenes son los de Casi Ángeles, si son los jóvenes del mercado, si son todos los de la publicidad, no habría problemas con los jóvenes. El problema es cuando los jóvenes, cuando las mujeres, cuando los más humildes, se organizan para decir que este mundo es injusto, así no va y vamos pelear por un mundo más justo. Ahí está el problema porque el tema es la Justicia Social, la Soberanía Política, la Independencia Económica. El problema es que presentamos una lucha contra el Capitalismo salvaje.

El Grupo Clarín se niega a respetar una Ley que fue discutida por el Pueblo argentino y votada por sus representantes, ¿cómo la ve la Universidad esta instancia?
La primera cuestión que es interesante señalar es que todas las Carreras de Comunicación de todas las Universidades del país sin excepción, se han pronunciado a favor de la Ley. En su momento han luchado porque salga una Ley democrática y además se han pronunciado en contra de todos aquellos que han tratado de obturar la plena aplicación de la Ley. Esto es importante señalarlo, porque no es que todas las Carreras de Comunicación tienen un mismo color político pero es en el único punto por el cual hemos estado todos de acuerdo. Y esto sucedió porque esta es una Ley que defiende el Derecho a la Comunicación, es una de las mejores leyes de Occidente en términos de este Derecho y de las garantías de la Libertad de Expresión. Clarín en su carácter monopólico dice que no la va a aceptar y sabemos que tiene la complicidad de sectores de la Derecha y de otras Corporaciones, como por ejemplo, la judicial que le permiten impunemente decir que no va a aceptar la Ley. Con el tema de las Audiencias Públicas, fue interesante ver cómo queda realmente expuesta la posición de Clarín que está defendiendo la posibilidad de no tener límites a la hora de conseguir ganancias, es decir, que su preocupación no es con la Libertad de Expresión, ni por el Derecho a la Comunicación, ni siquiera la de seguir manteniendo un negocio rentable, sino ir más allá de cualquier lógica de rentabilidad, eso es lo único que discute.

La Corte también quedó expuesta…
A mí me llamó la atención cómo los Ministros de la Corte hicieron preguntas desde la matriz de Clarín, naturalizaron preguntas que están hechas desde una matriz de negocios. Porque las preguntas nunca son neutrales, nunca están hechas por fuera del mundo, la ideología de las preguntas de la Corte es la Libertad de Expresión como libertad de empresa. No hubo ahí neutralidad ni vacío histórico porque tales cosas no existen.

Se observa día a día el rol político que juega el Grupo Clarín en toda la sociedad. Sin embargo, en la Ciudad de La Plata hay un multimedio un poco más chico que también juega un rol ciertamente reaccionario, ¿cuál es?
En La Plata también está Clarín, no te olvides que el sistema de cableado hegemónico a punto de ser totalitario es de este Grupo. Hace poquito estaba leyendo un estudio del consumo cultural, y el 70 % de los platenses se informa con El Día. Este Diario fue y sigue siendo uno de los poderes reales de la Ciudad. De hecho, yo trazo el interrogante acerca de si un Intendente tiene un Diario o ese Diario tiene un Intendente. Es una pregunta que habla de la dimensión de los acuerdos que tiene el Municipio con El Día. Daría la sensación que las condiciones las pone el Diario porque es el Medio que estuvo en todos los Gobiernos, que hizo acuerdos con todos, y cuando no los pudo hacer golpeó y fue muy duro. Produjo un desgaste enorme en los Gobiernos que no acordaron. Alcanza con observar lo ocurrido cuando se produce una movilización como la del 17 de Octubre de 1945: el Diario es apedreado por su carácter profundamente anti popular, manejado en contra de los intereses populares y, por supuesto, en contra del Peronismo y, en la actualidad, en contra del Kirchnerismo, que lo que ha hecho es ponerlo en evidencia y romper esa idea de que contra ese poder no se podía hacer nada. El ¿Qué te pasa Clarín? tuvo un carácter profundamente revolucionario.

Estamos en Octubre, un mes peronista si los hay: está el 17, y se suma el 27 y este año por partida doble por las elecciones, ¿cómo lo ves a este 17 de Octubre desde lo electoral?
Siento que no lo tenemos que ver como un Octubre folclórico. La historia es el lugar que nos da la fuerza, el horizonte, el lugar donde pararnos… que nos permite saber que la historia es colectiva y que no está hecha de héroes individuales. Pero también es el momento que nos permite la posibilidad de la intuición, de la invención, de la creación. Yo creo que en este Octubre estamos desafiados para poder enlazar todo esto con la potencia de lo que traemos con la intuición de lo que viene, y esto de intuir, reinventar, crear, nos tiene que llevar para pensar en términos colectivos y entender que la Conductora es Cristina, una conducción que nos potencie porque este momento nos demanda eso. Estas Elecciones hay que pelearlas cuerpo a cuerpo, con toda la convicción, con toda la fuerza y saber que esto no se termina allí. Octubre forma parte de nuestra historia pero también forma parte de los horizontes hacia el futuro.

Fuente: Aluvión Popular
aluvionpopular.com.ar

domingo, 13 de octubre de 2013

“La violencia política argentina no comenzó en los años ’70”



Por 

Gabriela Esquivada



El autor de Documentos de la resistencia peronista y otros títulos que rescatan pruebas de una historia de los movimientos populares opuesta a la oficial y mitrista, indaga en la violencia de clase contra el peronismo como causa de la insurgencia guerrillera.

Estudió sociología en El Salvador desde 1975 a 1979, años cruciales de violencia política. Poco antes había trabajado como meritorio en los Tribunales Laborales, “donde se ven más flagrantes las violaciones a los trabajadores”, dijo a Miradas al Sur. “Me abrió un universo nuevo: yo, que venía de la clase media, de un colegio pago jesuita, vi la injusticia”. Y consideró “que el único que podía solucionarlo era el peronismo, por toda la obra social que había realizado”. Había tenido un tío funcionario del presidente Juan Domingo Perón, a quien el golpe de 1955 encarceló por dos años, que lo llevaba en su coche y le mostraba hospitales y barrios y le decía “Esto lo hizo Perón”.
Todos esos elementos hicieron de Rodolfo Baschetti un militante y, marcado por un padre suizo-alemán que guardaba y clasificaba, comenzó a acumular las publicaciones políticas y los volantes de los tempranos ’70; a medida que los tiempos se complicaban, recogió los materiales que ardían en las manos de otras personas, disimulándolas en su bolso de fútbol tras los partidos que jugaba los fines de semana. Durante la dictadura los guardó en la baulera del departamento de una amiga, hija de un ejecutivo de multinacional, en el corazón de Recoleta. “Algún día voy a dar a conocer estos documentos, dándoles alguna forma”, se prometió, y en 1986 publicó los Documentos de la resistencia peronista, una obra reimpresa y de consulta académica. Desde entonces, muchas otras personas que habían acumulado documentos se los alcanzaron: “Ahora tengo un archivo muy grande, siempre a disposición de la gente que lo quiera consultar”.
Parte de ese material se publicó en sus libros más conocidos: Documentos, de 1970 a 1977 en cuatro volúmenes (De la guerrilla peronista al gobierno popular; De Cámpora a la ruptura; De la ruptura al golpe; Golpe militar y resistencia popular); La memoria de los de abajo, dos volúmenes sobre los militantes; La clase obrera peronista, dos volúmenes que cubren el período 1943-1983; Campana de palo, antología de poemas, relatos y canciones de 1955 a 1990; y trabajos sobre Rodolfo Walsh, John William Cooke y Ernesto Guevara, entre otros. Ahora publica La violencia oligárquica antiperonista 1951-1964 (Corregidor) como parte de su producción como intelectual orgánico: “De alguna manera lo soy, porque estoy compenetrado en la defensa del movimiento nacional y popular que es el peronismo. Pero también si hay que criticar, lo hago: el tercer Perón, el Perón de José López Rega e Isabel Martínez, que busca más apoyo en la derecha peronista, no es el primer Perón ni el revolucionario que dijo que ‘la violencia en manos del pueblo no es violencia, es justicia’”.
–Dijo que su nuevo libro llena un vacío: ¿cómo eligió el tema?
–La violencia oligárquica antiperonista entre 1951 y 1964 tuvo como consecuencia directa una espiral de violencia. Apunto a desmitificar algo que se dice como un hecho: que la violencia política argentina comenzó el 29 de mayo de 1970 con el secuestro y la posterior ejecución de Pedro Eugenio Aramburu. Esa manera de explicar la historia de los comunicadores de las grandes empresas de diarios en la Argentina y los historiadores de la historia oficial, mitrista, en la Argentina se repite y se repite y queda como una verdad absoluta. Sin embargo, el secuestro y la ejecución de Aramburu no fueron el principio sino el fin de una espiral de violencia que comenzó muchísimo antes.
–1951.
–El 28 de septiembre, cuando el presidente Perón va a la guarnición militar de Campo de Mayo a pasar revista a las tropa. Había muchos jóvenes oficiales antiperonista, todos de Caballería, en ese momento la elite oligárquica (Julio Rodolfo Alsogaray, Alejandro Agustín Lanusse, que llegó a ser presidente de facto; Tomás Armando Sánchez de Bustamante, Gustavo Martínez Zuviría, todos nombrados en el libro), que tratan de apresarlo y matarlo. Pero los suboficiales, que por su origen social y de clase eran peronistas, redujeron a los oficiales y lograron que el episodio no pasara a mayores. Pero fue un primer aviso. Eva Perón pensó entonces en la importancia de armar las milicias populares.
–¿Qué otros hitos principales destacó?
–Dos años más tarde, en 1953, Perón vuelve de Chile, donde se había entrevistado con el presidente, general Carlos Ibáñez. En ese momento había una especie de proto-Mercosur, el pacto ABC (Argentina-Brasil-Chile), para generar políticas económicas comunes. Perón había tenido éxito y se organizó un mitin en Plaza de Mayo, donde los sectores antiperonistas violentos pusieron bombas, una en la boca del subte y otras en los alrededores. Hubo cinco muertos. Las investigaciones demuestran que los autores van a ser comandos civiles unos años más adelante, y entre ellos está el radical Roque Carranza, quien fue ministro y llevan su nombre una estación de subte y una de tren. Los comandos civiles, que se generan a partir de la lucha de la jerarquía eclesiástica y el peronismo en el año 1954, son militantes armados que le pelean la calle al peronismo de manera violenta. Matan policías, roban armas y ponen bombas. Eso, que se considera subversión en la década de 1970, empezó con estos hechos que menciono con fechas y nombres de los policías. Como esa Revolución Libertadora triunfó, no se juzgaron a sí mismos y esos crímenes quedaron en el olvido. Otros hechos, más conocidos: tres meses antes del golpe, los bombardeos a Plaza de Mayo, en los que tiraron más bombas que los nazis en Guernica, con la diferencia de que ahí eran alemanes bombardeando vascos, y acá argentinos bombardeando a argentinos. Y después los fusilamientos de 1956, sobre los que escribieron Rodolfo Walsh en Operación Masacre y Salvador Ferla en Mártires y verdugos.
–¿Qué pasó con los perpetradores de esta violencia?
–Nada. Por eso el libro rescata la verdad histórica. Todo este relato de hechos que pasaron inadvertidos, que nadie comenta, tiene un hilo conductor. Por eso recupero los nombres: la gran mayoría está muerta, pero si no los juzgó la Justicia, por lo menos que quede en el papel y los juzgue la historia. Y justo cuando sale el libro, el 2 de septiembre, La Nación publica un editorial para refutar un discurso de Cristina Fernández de Kirchner donde dijo que le tiraban con balas de tinta para destituirla, y que por suerte no eran balas de verdad como en 1955: La Nación dice que Perón cayó en el 55 no por las balas de plomo sino por sus desaciertos y la desconfianza que había en la gente. No es cierto. Había sido reelecto con el 62% de los votos. Y el propio marino que comanda la escuadrilla de los bombardeos a Plaza de Mayo, Néstor Noriega, dijo que trataban de generar el terror.
–Usted habla de revanchismo oligárquico. ¿Qué observaciones le permitieron definirlo así?
–El fin supremo de esta Revolución Libertadora, que luego de los hechos de 1956 el pueblo bautizó como Revolución Fusiladora, fue revertir los cambios y regresar a la Década Infame, el período histórico inmediatamente anterior al peronismo. Hasta ese momento, los sectores humildes tenían obligaciones pero no derechos; el peronismo les da una serie de derechos que esta gente trata de conculcar. También cuento que un contraalmirante, Arturo Rial, que se topa con una comisión de sindicalistas municipales que habían pedido una audiencia con el general Eduardo Lonardi para pedir que se respetara lo que se había logrado en el peronismo en función social, les dice: “Sepan que la Revolución Libertadora se hizo para que en este país el hijo del barrendero muera barrendero”. ¡Qué odio de clase hay en esa frase!
–¿Hizo nuevos hallazgos sobre la resistencia popular y su papel?
–La importancia. Primero, de los volantes. En esa época, no había internet ni los medios que hoy cubren cualquier comunicación de mil maneras… Se leían los panfletos y los volantes, eran medios de lucha importantes: en un papel de 20 por 30 centímetros el militante ponía la consigna exacta, que se discutía entre los compañeros, y como el peronismo estaba proscripto los tiraba y salía corriendo, o se arriesgaba a darlo en mano sin saber quién lo recibiría. La otra forma, desproporcionada con respecto al terrorismo de Estado, fue lo que se llamó poner caños: las bombas artesanales que se hacían en los sindicatos, en los barrios, y que se ponían en forma clandestina y a la noche. Quizá el hecho épico de masas más importante de la historia argentina fue esa resistencia peronista de 17 años en la que estuvieron involucradas tres generaciones de argentinos. El general Ramón Genaro Díaz Bessone, una pluma de cuanta dictadura militar hubo, publicó un libro donde se manifiesta indignado porque hicieron estallar “aproximadamente 7.000 artefactos explosivos en la Argentina, más que todo el conflicto colonial de Francia con Argelia”.
–¿Cómo vincula la violencia oligárquica que da título a su libro, la insurgencia guerrillera y el terrorismo de Estado 1976-1983?
–Cuando en estos 18 años la fuerza mayoritaria política está proscripta; no se vota; no es posible reunirse ni expresarse; cada vez la ola de violencia es mayor; se imponen ideas oscurantistas como la Noche de los Bastones Largos… llega un momento en que la gente de la resistencia y los jóvenes concluyen que la única manera era la lucha. Había ejemplos a nivel mundial. Y se genera la violencia del Estado para tratar de impedirlo. La Matanza de Trelew es una prueba para ver cómo pueden parar esa ofensiva popular que se les viene.

Fuente: Miradas al Sur

13 de octubre de 2013