domingo, 15 de abril de 2018

Errores y contrarrevolución burguesa


En un interesante artículo de Carlos Raimundi, publicado en Página /12 del 15 de abril, se afirma que “…el anterior gobierno argentino [el de Cristina] no perdió las elecciones por falta de autocrítica o por errores que seguramente se cometieron, sino por la magnitud del aparato de poder que lo enfrentó”. Raimundi plantea esto en relación a la postura equívoca de aquellos dirigentes que cargan las tintas hoy día contra Cristina, en el marco de una ofensiva derechista generalizada contra los proyectos nacional-populares y sus líderes en Sudamérica. Coincido plenamente. La derrota del movimiento nacional en nuestro país es expresión de una ofensiva oligárquico /burguesa que presionaba de modo implacable para “normalizar” el capitalismo argentino. Esto es, para expropiar el ahorro nacional, bajar el costo laboral, y reorientar la expansión capitalista nuevamente hacia la valorización financiera.

La fuga de la inversión, diversas formas de boicot instrumentadas por los sectores propietarios más concentrados, en un marco de complicación del contexto económico internacional desde el año 2009, prepararon el escenario de la restauración conservadora. No es la primera vez que sucede, ni es algo privativo de la Argentina. De hecho, como bien plantea Raimundi, es parte hoy de un plan generalizado para toda la región, convergente con el redespliegue imperial estadounidense para enfrentar a sus competidores en otras zonas del mundo.

El foco puesto en los “errores” cometidos, esconde a veces un ataque mal disimulado al liderazgo de Cristina, al tiempo que deja en un cono de sombra a los poderosos intereses que se alzaron contra el proyecto nacional. Y quedan nublados del mismo modo los desafíos que tocará enfrentar en una nueva etapa, puesto que los intereses oligárquicos no piensan irse a ningún lado. ¿Qué se piensa hacer con la lucha emprendida en los años anteriores en pos de la democratización de la comunicación audiovisual? ¿Olvidar todo e implorar el perdón de Magneto? El gobierno de Macri deja esos conglomerados más fuertes. Cuestiones medulares como esa, implican necesariamente un balance serio de la experiencia kirchnerista; balance que no puede ser reemplazado por las especulaciones de dirigentes que encubren sus deseos de “jubilación” para una de las más importantes líderes de nuestra región. Como si los líderes de esa talla nacieran todos los días de un repollo…

 

Germán Ibañez

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