Buenos Aires, 30 de noviembre de 2011
ACLARACION
Dado que se ha producido un cruce de opiniones entre el compañero Facundo Moyano y el periodista Hernán Brienza, donde este último señala que no acepté incorporarme al Instituto Dorrego y que va a publicar mi carta para demostrar que utilizo “los mismos argumentos que Sarlo y Lanata”, que los he acusado de “fachos retardatarios” y que me hago “la víctima discriminada”, le solicito la publicación de las 2 únicas cartas que envié a ese Instituto (previas a la aparición del decreto) y que permiten dejar todo aclarado.
Cabe solamente agregar que tiempo atrás, Pacho O’Donnell me hizo llegar la información de que se había constituído dicho Instituto, así como los integrantes y los puestos que ocuparían junto a un proyecto de decreto y una diplomatura designada “La Otra Historia Argentina”, a darse en la Universidad de las Ciencias Empresariales, por la módica suma de $ 2.500 por un ciclo de 12 clases, y me ofrecía participara como miembro honorario del Instituto.
A ello contesté:
Buenos Aires, 9 de septiembre de 2011
Al Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano "Manuel Dorrego”
He recibido una comunicación del Instituto, por el cual se me propone como “Miembro de Honor”. Sin embargo, como en estos momentos estamos constituyendo un Instituto de Estudios históricos, políticos, económicos y sociales, con un grupo de compañeros, que seguramente mantendrá posiciones distintas a las que sustenta éste, debo agradecer a ustedes la gentileza pero declinar dicho ofrecimiento para evitar confusiones e incompatibilidades en momentos en que la Argentina necesita la mayor claridad posible y no avanzar en equívocos.
Atentamente,
Norberto Galasso
Luego intervino Víctor Ramos y le contesté:4 de octubre de 2011
Al Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano “Manuel Dorrego”
Respuesta al envío de Víctor Ramos
He recibido un correo electrónico en el cual Víctor Ramos lamenta mi rechazo para integrarme como Miembro de Honor en ese Instituto y manifiesta que ello provoca “confusión” y que mis argumentos son “enigmáticos”.
Para aclarar la decisión tomada, reseño lo siguiente:
-Desde 1997, en el Centro Discépolo, hemos venido formulando la crítica a la Historia Oficial y asimismo hemos tomado distancia del revisionismo nacionalista de derecha desde nuestra línea de los Cuadernos de Indoamérica publicados por “Frente Obrero” y de Revolución y Contrarrevolución en la Argentina, de Jorge A. Ramos.
-Así publicamos 30 cuadernillos bajo el rótulo “Cuadernos para la Otra Historia”. En base a ellos dimos conferencias, armamos talleres y el 2005 los convertimos en 10 DVD que ha difundido últimamente el periódico “Miradas al Sur”. Alrededor de esta tarea se fueron nucleando jóvenes que hoy integran el grupo que redacta –desde 2010- “El Cronista del Bicentenario”.
-Asimismo, desde el 2005 publicamos en la editorial de Madres de Plaza de Mayo, 4 tomos de Los Malditos, personajes silenciados o tergiversados por la Historia Oficial.
-De la misma manera, hemos dado cursos en Cancillería, Sindicatos y Agrupaciones populares especialmente en el conurbano.
De todas estas experiencias surge mi compromiso personal, militante, con el grupo de compañeros que ha llevado adelante esta tarea. Carecería, pues, de sentido, sumarme a otro grupo donde es fácil advertir que no coincidimos en interpretaciones sobre asuntos importantes, como por ejemplo, la Revolución de Mayo, la caracterización de Rosas, Urquiza, Mitre y Sarmiento hasta diferencias políticas respecto al Golpe del 30 o al menemismo que derivan de la influencia liberal-conservadora que pesa sobre algunos integrantes de ese Instituto así como la influencia nacionalista clerical que pesa sobre otros.
Trabajemos, pues, cada uno por nuestro lado. Por esta razón, señalé en mi declinación al nombramiento, que deberíamos evitar equívocos para dar la polémica a la Historia Social con posibilidades de éxito. Para esa polémica es necesario, a nuestro juicio, tener en claro que hay enorme distancia entre saavedrismo y morenismo, entre rosismo y “chachismo-varelismo”, entre uriburismo e irigoyeinismo, entre menemismo y peronismo histórico, entre nacionalismo e izquierda nacional.
Saludo a ustedes atentamente,
Norberto Galasso
De este modo le evito al Instituto la preocupación por publicar estas cartas, las cuales demuestran que no afirmé lo que sostiene Brienza, sino una posición clara y consecuente con las ideas que vengo sosteniendo desde hace largos años.
Escribo estas líneas porque “es lindo informarse”, como sostiene Brienza.
Norberto Galasso
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Secretaría de Prensa
Corriente Política Enrique Santos Discépolo
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