lunes, 16 de enero de 2012

--- LA TOMA DEL “LISANDRO DE LA TORRE”

Por Germán Ibáñez

En enero de 1959 se produce en la ciudad de Buenos Aires, concretamente en el barrio de Mataderos, una de las más importantes huelgas obreras de aquel período, por su contenido simbólico y político: la toma del Frigorífico Municipal “Lisandro de la Torre”.

El conflicto terminó involucrando no sólo a los trabajadores del establecimiento, sino a los vecinos y la comunidad de Mataderos que se sumaron a la protesta a raíz de la represión y protagonizaron una auténtica insurrección urbana.

Gobernaba desde el año anterior el presidente Arturo Frondizi, por la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) en el marco de la proscripción política del peronismo y del poder de veto permanente de las FFAA. Aunque había obtenido gran parte de sus votos del peronismo (acuerdo con Perón mediante) muy pronto se aleja de las garantías propuestas de una política económica nacionalista y comienza la negociación con el FMI, así como el acercamiento a los EEUU.

Tales lineamientos constituían una necesidad para la estrategia económica del frondicismo, que buscaba impulsar el desarrollo industrial del país a través de la promoción de la inversión extranjera.

En su preparación de la primera visita oficial a Estados Unidos, Frondizi necesitaba demostrar la decisión de su gobierno de avanzar por tales rumbos, de la misma manera que su absoluto control de la situación política y social del país.

En ese contexto se jugará la suerte del Frigorífico Municipal “Lisandro de la Torre”. El gobierno nacional planteará la privatización del establecimiento aduciendo, entre otras razones, se balance deficitario. El comprador preferencial era la Corporación Argentina de Productores (CAP), con la cual el gobierno de Frondizi buscaba una alianza.

Por su parte, los trabajadores del frigorífico no sólo manifestaron su oposición al proyecto de privatización, sino que elaboraron alternativas que buscaron acercar al gobierno nacional.

El gremio estaba encabezado por Sebastián Borro, quien acababa de ganar las elecciones de la mano de una lista peronista.

Las prácticas sindicales impulsadas por Borro y sus compañeros eran notablemente democráticas, incluyendo el funcionamiento regular del cuerpo de delegados y la convocatoria a Asamblea para los temas de relieve. El total de trabajadores del frigorífico era de 9000 personas.

En los primeros días de enero de 1959 el presidente Frondizi envía al Congreso el proyecto de ley que incluía la privatización del “Lisandro de la Torre”. La UCRI tenía mayoría en el Parlamento, por lo cual el proyecto se aprobó rápidamente.

Los obreros se movilizan antes con consignas que aludían a la defensa del patrimonio nacional. Una de ellas, “Señores diputados, no me entreguen; quiero ser nacional”. Piden también una reunión con Frondizi, que recién obtienen cuando el proyecto ya está aprobado. No llegan a un acuerdo con el presidente y quedan expuestas dos concepciones del desarrollo nacional.

El 14 de enero se convoca a una asamblea general en el Frigorífico, y los obreros ya permanecen en el edificio en la noche del 15 de enero. Comienza la toma del establecimiento, con una cuidadosa organización y el apoyo del barrio.

El gobierno de Frondizi moviliza una enorme fuerza policial y militar para desalojar el establecimiento. Esa movilización represiva incluyó tanques de guerra Sherman; uno de ellos arrolla los portones del Frigorífico y comienza el desalojo con intensos enfrentamientos que acaban con 95 detenidos y varios heridos.

El gremialismo nacional decreta la huelga nacional en solidaridad pero los principales dirigentes son detenidos. Será en el barrio de Mataderos donde continúe el conflicto por varios días: levantamiento de barricadas, cortes de luz, quema de tranvías.

Familiares, amigos y vecinos de los trabajadores pelean infructuosamente contra la represión y el proyecto gubernamental y sólo al cabo de varios días comienza a normalizarse la situación.

El proyecto frondicista pasará, sin embargo la huelga del Lisandro de la Torre formalmente nunca será “levantada” y quedará como testimonio político de la resistencia obrera a la entrega del patrimonio nacional.

Publicado por Telam
15 de enero de 2012

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