lunes, 10 de octubre de 2011

“En democracia nos acostumbramos a la censura del monopolio”

Publicado el 10 de Octubre de 2011
Hernán Dearriba
El titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual sostiene que gracias a la Ley de Medios, la Argentina va a vivir en pluralidad y en diversidad. Advierte que el tema pendiente es la convergencia tecnológica.
 
El candidato a vicegobernador bonaerense por el Frente para la Victoria, Gabriel Mariotto, es referente obligado a la hora de hablar de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual de la Democracia.Cuando se cumple el segundo aniversario de su sanción por el Parlamento, el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y uno de los motores de la nueva legislación sostuvo que la ley provocó un cambio de matriz política en la Argentina que permitirá que por primera vez los argentinos puedan vivir en pluralidad, y tuvo un impacto en varios países de la región y también en Europa, donde ya se discuten regímenes similares. En una entrevista con Tiempo Argentino elogió la decisión política de la presidenta Cristina Fernández para darle impulso al debate con la incorporación del aporte de los foros sociales y se mostró esperanzado en que la Corte Suprema terminará resolviendo a favor del Estado nacional los planteos judiciales por los artículos 30 y 161, suspendidos en beneficio del Grupo Clarín, que busca esquivar el proceso de desinversión.
–¿Cuál es el balance de la aplicación de la ley y cuáles son los temas pendientes?
–El balance es muy positivo, la ley se está aplicando, está en vigencia, empieza a impactar en el ejercicio de derechos de los ciudadanos y empieza ampliar esos derechos. Más allá de que todavía hay dos artículos (el 30 y el 161) que están en la justicia, pero tenemos muchas esperanzas de que, en la medida en que avance el procedimiento judicial, se van a aplicar.
–Pero no es un tema menor porque son dos artículos centrales…
–Ambos están trabados por una cautelar dictada por el juez (Edmundo) Carbone que desoyó la instrucción de la Corte Suprema de Justicia y consideró que el tiempo razonable de vigencia de la medida cautelar es el que dura el proceso. Nosotros apelamos ante la Cámara y esa instancia dijo que el plazo era de tres años, y ahora apelamos a la Corte porque no coincidimos con esa evaluación. Y, por otra parte, presentamos la documentación para que el juez Carbone se expida sobre el fondo de la cuestión.
–¿Cuál es el impacto real de la aplicación de la ley en los medios de comunicación?
–Entre otras cosas trascendentes estamos en un procedimiento administrativo de llamado a concurso de 220 licencias de televisión abierta, algo sin precedentes. Desde 1951 hasta hoy se licitaron 19 canales privados, diez provinciales, dos de Obispados y otros dos más. Por eso este proceso de licitación es revolucionario. De las 220 nuevas licencias que se licitarán, 110 serán para el sector privado comercial y las otras 110 para las organizaciones sin fines de lucro. Eso más allá de los aspectos centrales como la producción propia de contenidos. Ya empezamos a ver una producción maravillosa, que antes no tenía posibilidades de generarse, particularmente en los medios del interior que estaban acostumbrados a reproducir vía satélite todo lo que se generaba en materia de radio y televisión en Buenos Aires.
–Dos años después, ¿qué significado político considera que tiene la Ley de Medios de la Democracia?
–Por primera vez en la Argentina vamos a vivir en pluralidad y en diversidad. El ejercicio de los derechos de pluralidad y acceso a la información son advertidos por la ciudadanía y eso es un cambio de matriz trascendente porque jamás habíamos tenido la posibilidad de advertir esa realidad. En dictadura la censura la ejercía el terror, y en democracia nos acostumbramos a vivir con la censura que fijaba el monopolio.
–¿Es equiparable la censura que ejerció la dictadura con la del monopolio?
–De acuerdo con el Pacto de San José de Costa Rica, el monopolio es una forma de censura indirecta. Hay miradas que son tergiversadas, estigmatizadas o lisa y llanamente ocultadas. En el marco de la pluralidad, esa transformación que impone la ley le da a la sociedad la matriz de una sociedad democrática. Por eso estamos en el umbral de un cambio cultural muy intenso, democratizador, que va a ser el continente de un cambio de cultura política, es un avance muy importante.
–¿Cuál fue la repercusión internacional de la aprobación de la ley?
–El mundo estuvo siempre atento al tratamiento de esa ley en la Argentina porque el país se puso a la vanguardia del ejercicio de los derechos y muchas sociedades lo veían con poca expectativa de que se pudiera sancionar la ley. Había muchos gobiernos que eran presionados por grupos monopólicos y un gran escepticismo de que la ley pudiera debatirse en el Congreso. Sin embargo, la decisión y el coraje de la presidenta Cristina Fernández de enviar el proyecto al Congreso, haciéndolo circular previamente por los foros para que la ciudadanía le aporte profundidad al texto, fue advertido en América Latina y Europa como un gran avance. Y una vez que se sancionó la ley, esas mismas sociedades pusieron el acento en una duda acerca de si el proyecto político que había impulsado la sanción de esa normativa podía ganar las próximas elecciones, después de verse expuesto a tremendas presiones producto de que la ley tocaba los intereses de los poderosos, porque descartaban que los monopolios les iban a pegar un desgaste institucional muy grande.
–Pero las primarias abiertas terminaron disipando esa duda…
–Por eso fue visto con un gran reconocimiento que la elección de agosto les diera un respaldo muy grande al gobierno y a las políticas de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, y entonces es como verse en un espejo y reconocer que, si bien el camino es el más difícil, los gobiernos tienen que impulsar políticas que amplíen derechos y ciudadanía, y queda claro que por más que los poderosos lleven adelante las tareas de defensa de sus intereses, el proyecto político se termina imponiendo por el respaldo ciudadano.
–¿Y eso se ve hoy en otros países?
–Hoy Brasil, México, Uruguay, Italia y el Parlamento Europeo asisten con mucho entusiasmo a la discusión en la Argentina que miró el mundo y por eso redactó un texto de ley que está a la vanguardia, además, con un procedimiento de participación ciudadano por orden de la presidenta que en la misma metodología amplió la discusión a los foros. Antes, todos los proyectos de reforma de la Ley de Medios se exponían en la Argentina a las presiones de los grupos monopólicos y no resistían la discusión, pero este fue un proyecto impulsado por el Ejecutivo, con el compromiso del Ejecutivo y a la vez el respaldo de la sociedad por la ampliación de derechos que generaba.
–Desde su perspectiva, ¿cuál es el tema pendiente que tiene la ley?
–Está el tema de la convergencia tecnológica, que estaba en el texto original de la ley y que fue sacado en una decisión inteligente para no trabar la sanción. El tema es ver cómo logramos optimizar el uso de la tecnología y esto sería el ingreso de las empresas telefónicas, siempre y cuando se garantice que no haya una posición dominante ni monopolio. En algún momento la sociedad lo va a tener que incorporar. En el momento en que se debatió la ley, la sociedad estaba atravesando una coyuntura compleja y esa discusión merece mucho análisis técnico, y en esa coyuntura no era conveniente producirlo.
Fuente: Tiempo Argentino

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