Para el diario del mayor grupo mediático concentrado del país, Argentina vive algo así como una monarquía absolutista, en la cual el Fisco es propiedad de una familia.
En su edición de hoy, al referirse al crecimiento de la recaudación fiscal de los últimos tiempos, el diario Clarín afirma en un título de su sección Política que “Los Kirchner manejaron una caja de US$ 400.000 millones”, para luego admitir, pese a sus afirmaciones editoriales de los últimos dos años, que se registra una “mayor recaudación por Ganancia e IVA por el crecimiento de la economía”.
Lo curioso no es la admisión de un éxito del gobierno nacional, aunque también debería serlo si se tiene en cuanta el desproporcionado porcentaje de primeras planas negativas frente a la gestión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner: entre el 26 de mayo de 2010 y el 16 de agosto de 2011, de 445 tapas, el 78% –es decir 347– lleva como título principal noticias con enfoque negativo, sólo el 7,1% –es decir 32– se refiere a noticias con enfoque positivo, y el resto, 14,8%, fueron “neutras”.
Lo llamativo sí es su insistencia en un mensaje a su usuarios tras la realidad de las PASO del 14 de agosto último y las referencia de las encuestadoras para los comicios de mañana: Clarín le dice a su lectores que en este país impera un régimen monárquico absolutista, en el cual el Estado es propiedad de una dinastía, sin que existan una Constitución y un cuerpo legal e institucional como el que rige para la vida real de los argentinos.
El Poder Ejecutivo pasa a ser “los Kirchner”; su facultad y obligación constitucional de administrar el Estado se tergiversa con el verbo “manejar”; y los ingresos públicos se convierten en una “caja”.
Quien se atenga al manual de estilo del diario – hoja de rutinas profesionales que la empresa propone a sus trabajadores de prensa- podrá comprobar que ese modo de construir la información está expresamente vedado.
No se trata de pretender que un medio de comunicación carezca de posicionamientos políticos e ideológicos – la historia del periodismo indica que ello no condice con la propia práctica -, sino de que los mismos, para cumplir con los preceptos del Derecho a la Comunicación, consagrados por los cuerpos jurídicos internacionales – no se oculten disfrazados de información.
Fuente:
http://www.agepeba.org/
En su edición de hoy, al referirse al crecimiento de la recaudación fiscal de los últimos tiempos, el diario Clarín afirma en un título de su sección Política que “Los Kirchner manejaron una caja de US$ 400.000 millones”, para luego admitir, pese a sus afirmaciones editoriales de los últimos dos años, que se registra una “mayor recaudación por Ganancia e IVA por el crecimiento de la economía”.
Lo curioso no es la admisión de un éxito del gobierno nacional, aunque también debería serlo si se tiene en cuanta el desproporcionado porcentaje de primeras planas negativas frente a la gestión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner: entre el 26 de mayo de 2010 y el 16 de agosto de 2011, de 445 tapas, el 78% –es decir 347– lleva como título principal noticias con enfoque negativo, sólo el 7,1% –es decir 32– se refiere a noticias con enfoque positivo, y el resto, 14,8%, fueron “neutras”.
Lo llamativo sí es su insistencia en un mensaje a su usuarios tras la realidad de las PASO del 14 de agosto último y las referencia de las encuestadoras para los comicios de mañana: Clarín le dice a su lectores que en este país impera un régimen monárquico absolutista, en el cual el Estado es propiedad de una dinastía, sin que existan una Constitución y un cuerpo legal e institucional como el que rige para la vida real de los argentinos.
El Poder Ejecutivo pasa a ser “los Kirchner”; su facultad y obligación constitucional de administrar el Estado se tergiversa con el verbo “manejar”; y los ingresos públicos se convierten en una “caja”.
Quien se atenga al manual de estilo del diario – hoja de rutinas profesionales que la empresa propone a sus trabajadores de prensa- podrá comprobar que ese modo de construir la información está expresamente vedado.
No se trata de pretender que un medio de comunicación carezca de posicionamientos políticos e ideológicos – la historia del periodismo indica que ello no condice con la propia práctica -, sino de que los mismos, para cumplir con los preceptos del Derecho a la Comunicación, consagrados por los cuerpos jurídicos internacionales – no se oculten disfrazados de información.
Fuente:
http://www.agepeba.org/
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