Por Germán Ibáñez
Electo diputado en 1946, con sólo 26 años, "El Bebe" John William Cooke integrará el peronismo proviniendo de las filas anti yrigoyenistas del radicalismo. Sin embargo, muy pronto se destacará como uno de los más sólidos cuadros del nacionalismo democrático popular.
En sus intervenciones parlamentarias propugnará un nacionalismo económico en perspectiva antiimperialista, la democracia como soberanía popular, el revisionismo histórico y su relación con la política del presente, la crítica al colonialismo cultural.
También será director de la publicación De Frente, desde cuyas páginas defenderá las políticas del gobierno nacional en su faz más progresiva, como la importancia de la economía social y la participación de los trabajadores en la escena nacional.
Además, será intransigente con los errores burocráticos, estableciendo una voz de alerta crítica que lo ubicó en aquellos años como expresión de los sectores de avanzada del movimiento nacional.
Esa tenacidad consecuente de Cooke con los ideales del movimiento nacional y popular llevará a que Perón lo convoque en los momentos previos al golpe de estado de 1955. El Bebe se hará cargo de la intervención del Partido Peronista de la capital, con el propósito de dinamizarlo en plena ofensiva "destituyente", pero ya será tarde.
Con el golpe militar que da inicio a la "Revolución Libertadora", Cooke engrosará la lista de los detenidos, sometido a un simulacro de fusilamiento, será confinado en el sur y, junto a otros dirigentes justicialistas, protagonizará una legendaria fuga hacia Chile Pero sin duda, lo más saliente de esa etapa en la trayectoria de John William Cooke es su rol como primer delegado de un Perón exiliado y proscrito. El formidable intercambio epistolar que establecieron se convertirá en uno de los documentos políticos más ricos del peronismo.
Por un lado, un líder exiliado que desarrolla hasta el extremo su capacidad de articular a los heterogéneos sectores de un movimiento político que ha sido desplazado del poder pero conserva su predicamento en los sectores populares; por el otro, un interlocutor que expresa al peronismo de la "Resistencia", que se radicaliza propugnando una política insurreccional, y que, a fines de la década del 60 adhiere a los nuevos vientos de la Revolución Cubana.
Cooke visitará la Cuba revolucionaria, experiencia que lo marcará profundamente. Allí establece relación con el Che Guevara y su pensamiento se radicaliza, lo que lo convertirá en uno de los más importantes exponentes intelectuales de la izquierda peronista.
En trabajos como "Apuntes para la militancia" y "Peronismo y revolución", Cooke establecerá su diagnóstico sobre la crisis de la dependencia argentina y la necesidad de que el peronismo profundice su transformación revolucionaria.
Como nadie, comprenderá que la coyuntura que se inicia con la dictadura de Juan Carlos Onganía habrá de incrementar la persecución contra el movimiento nacional y contra todos aquellos que impulsen una lucha por la democracia y la emancipación.
También se preocupará por las contradicciones internas del propio movimiento, polemizando con sus fracciones conservadoras e impulsando una propuesta de socialismo nacional y la necesidad de integrar la liberación nacional en el marco de una Latinoamérica unida.
Cooke fue siempre leal a la figura del viejo líder, primero como delegado y luego en las alternativas de esa correspondencia que establecieron. Pero será también quien interpele a Perón como nadie, en pos de más ajustadas definiciones ideológicas.
Fue esa su manera de manifestar su lealtad al movimiento nacional, sin concesiones a lo que consideraba lastres burocráticos y, aunque sin la relevancia de su etapa de delegado de Perón, desempeñará un importante papel como referente del peronismo de izquierda en ascenso en los años 1960.
Minado por la enfermedad, fallecerá el 19 de septiembre de 1968, el mismo día en que es desarticulado un destacamento guerrillero en Taco Ralo.
Su testamento manifestará, una vez más, sus firmes convicciones: "Viviré, como recuerdo, durante el tiempo que me tengan en su memoria las personas que de veras me han querido; y en la medida en que he dedicado mi vida a los ideales revolucionarios de la libertad humana, me perpetuaré en la obra de los que continúen esa militancia".
Publicado por Telam (19 de septiembre de 2011)
http://www.telam.com.ar/suplemento/6/nota/251/
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