Por Emir Sader *
Nunca se ha producido tanta riqueza en el mundo y nunca ha existido
tanta miseria, pobreza y desigualdad social. Sin embargo, mientras en el centro
del capitalismo esos fenómenos se profundizan y se extienden, en América latina
pasa lo opuesto.
A pesar de la recesión internacional, los gobiernos progresistas de la
región han logrado no solamente resistir y no caer en recesión –como en todas las
ocasiones anteriores–, como han resistido y han mantenido e intensificado sus
políticas sociales redistributivas y de inclusión social.
El rol del pensamiento crítico es formular esa vía como alternativa,
para que otros países del continente y de la periferia del sistema puedan darse
cuenta de que no es necesario someterse a los préstamos del FMI. Es combatir el
pensamiento único, que todavía busca imponer las reglas del capital financiero
a los Estados endeudados. Los gobiernos progresistas han logrado salir de ese
círculo vicioso y retomar vías de desarrollo económico y social.
El pensamiento crítico latinoamericano tiene delante de sí inmenso
laboratorio de transformaciones sociales, regresivas y progresivas, en corto
espacio de tiempo. Tienen la obligación de descifrar las lógicas de una vía y
de otra, para entender sus mecanismos, descifrar sus obstáculos y proponer
caminos que permitan dar continuidad a esos procesos.
Procesos únicos, porque nunca antes, en períodos de hegemonía de modelos
conservadores en escala mundial, se había logrado eso. Nunca se había logrado
salir del círculo infernal de las Cartas de Intenciones del FMI para retomar el
desarrollo económico con inclusión social en tan poco tiempo.
Es, fue –y sigue siendo– posible porque esos gobiernos no han mantenido
la prioridad del ajuste fiscal, sino que la han desplazado para la centralidad
de las políticas sociales. Porque no han mantenido el Estado mínimo –y la
centralidad del mercado– sino que han retomado el rol del Estado como inductor
del desarrollo económico y garante de los derechos sociales. Porque no han
firmado Tratados de Libre Comercio con los EE.UU., lo han sustituido por la
prioridad de los procesos integral regional y los intercambios Sur-Sur.
Esta es la gran novedad en la lucha contra el neoliberalismo: la
existencia de un conjunto de gobiernos, en América latina, que avanza en la
superación del modelo neoliberal. Los ministros de Desarrollo Social de todo el
continente se van a reunir en Buenos Aires del 16 al 18 de septiembre,
convocados por el Ministerio de Desarrollo Social y por el Programa MOST, de
Unesco –del cual la ministra Alicia Kirchner es presidenta–, para hacer un
balance de la situación social de América latina y el Caribe. Es la más
importante reunión de dirigentes de gobierno del área social que se hace en el
mundo, justamente por las contribuciones que el continente está haciendo en el
área.
Será un momento fundamental para que se pueda dar cuenta de los avances,
las experiencias nuevas, las dificultades y el desarrollo desigual en el mismo
continente –según las orientaciones de cada gobierno– del combate a la miseria,
a la pobreza y a las desigualdades. El pensamiento crítico latinoamericano está
invitado a recoger de las exposiciones, de los análisis y de los debates el más
denso material sobre el tema central de nuestras sociedades, porque América
latina sigue siendo el continente más desigual del mundo, a pesar de los
avances realizados por los gobiernos progresistas de la región.
* Intelectual brasileño.
Fuente: Página /12
24 de agosto
de 2013
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